El estudio de caracterización, que contó con la colaboración de instituciones como el INTA, Conicet y varias universidades nacionales, fue financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y se centró en analizar las condiciones climáticas, geográficas y productivas de la región. Según el gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, Argentina es pionera en la caracterización de toda su superficie vitivinícola, y la Patagonia está preparada para optimizar su posicionamiento en los mercados.
Las 3.636 hectáreas identificadas se distribuyen principalmente en Neuquén (1.790 hectáreas) y Río Negro (1.500 hectáreas), seguidas por La Pampa (306 hectáreas) y Chubut (40 hectáreas). Estas tierras se destinarán a la producción de varietales codiciados como malbec, pinot noir y merlot, los cuales se espera que sean la punta de lanza de la región en la exportación de vinos.
Los bodegueros de la región también han destacado la importancia de estos estudios para entender y comunicar mejor las características únicas de la Patagonia. Según Ana Viola, presidenta de la Cámara de Bodegas Exportadoras de la Patagonia, "estos estudios nos ayudan a comunicar regiones y los vinos que hacemos, trabajando desde la identidad, que es nuestro atributo diferencial más destacado". Emmanuel Gómez, de la bodega Nant y Fall de Trevelin, Chubut, añadió que esta herramienta es esencial para entender y comunicar mejor la región, mientras que Alejandro Gresia, de la bodega Lejanía de La Pampa, enfatizó que con el vino se vende todo: el lugar, el paisaje y la cultura.
En definitiva, la Patagonia está posicionándose como una región vitivinícola de primer nivel, con una identidad y un terroir que prometen conquistar tanto mercados nacionales como internacionales.
Además del desarrollo productivo, el estudio también tiene implicaciones significativas para el enoturismo en la región. La Patagonia, conocida por sus paisajes impresionantes y su biodiversidad única, está bien posicionada para atraer a turistas que buscan experiencias más allá del vino. La combinación de vinos de alta calidad y escenarios naturales podría convertir a la Patagonia en un destino de enoturismo de renombre mundial, fortaleciendo aún más su economía regional.
La colaboración entre las provincias y el sector privado es otro aspecto fundamental del éxito de esta iniciativa. Las ministras de Producción de Chubut, Laura Mirantes, y de La Pampa, Fernanda González, destacaron la importancia de trabajar en conjunto para maximizar el potencial de la región. Este enfoque colaborativo es crucial para enfrentar los desafíos del mercado global, donde la competencia es feroz y la diferenciación se convierte en un factor decisivo para el éxito.
Finalmente, el respaldo de instituciones académicas y científicas, como el INTA y diversas universidades nacionales, garantiza que las decisiones sobre el desarrollo vitivinícola en la Patagonia se basen en datos sólidos y análisis rigurosos. Esta base científica no solo refuerza la calidad de los vinos producidos, sino que también ayuda a comunicar de manera efectiva las características únicas de la región, asegurando que los consumidores globales comprendan y valoren el terroir patagónico.
La Patagonia se consolida como una región clave para la vitivinicultura argentina
La Patagonia, una región con un vasto potencial vitivinícola, está en camino de convertirse en un actor clave en la producción de vinos de alta calidad para la exportación. Un estudio reciente, presentado durante la "Jornada para el Desarrollo Vitivinícola del Sur Argentino" en la Bodega Humberto Canale de General Roca, Río Negro, reveló la existencia de 3.636 hectáreas aptas para la producción de vinos en Neuquén, Río Negro, La Pampa y Chubut. Este esfuerzo, impulsado por el Consejo Federal de Inversiones (CFI) y la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar), busca posicionar a la Patagonia como una unidad en el mercado internacional, destacando sus cualidades únicas.
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