Alma Libre ya es una realidad. La nueva escuela secundaria funciona en una cómoda y amplia estructura edilicia de dos pisos, entre frondosas chacras de la vecina ciudad de Plottier, cerca del límite con Neuquén Capital (calle Ayuntun Hue 3831, siguiendo por Carhué, zona aeropuerto). En adelante conversamos con su fundadora, quien ya imagina la felicidad que tendrá cuando egresen los primeros técnicos en Gestión de Proyectos Audiovisuales.
¿Cómo te animaste a emprender?
“Por la preocupación que tengo por los adolescentes, hay estadísticas altas en suicidios y deserción escolar, como también existe un alto índice en adicciones, hay datos censales cercanos al 40% que hablan de una población de entre 14 y 21 años en la provincia de Neuquén que sigue creciendo y explotando demográficamente, y Alma Libre quiere ser una opción desde la educación”.
¿Cuáles son tus rasgos más característicos como emprendedora?
“Es muy difícil emprender algo nuevo, esta forma de educar es novedosa, creo que impulsar y sostener son palabras claves, la metodología de la educación emocional se basa en el fortalecimiento del autoestima de los chicos, de su proyecto de vida, para combatir futuras depresiones que terminan enfermándolos. Tener coraje para tomar decisiones fuertes en el camino de construcción y por sobre todas las cosas, creer siempre en tu proyecto aunque muchos te digan que no va a ser viable. Seguir adelante, eso me caracteriza también”.
¿Cómo ves el mercado actual?
“No hay escuela privada que tenga la oferta educativa que tiene Alma Libre, pensamos en una formación integral, de jornada doble, con momentos de espiritualidad para que los chicos puedan tener yoga como disciplina, meditación y alimentación saludable e implementar todos estos temas dentro de la escuela, no un simple kiosco que venda productos sanos. Metodológicamente con el staff de profesores estuvimos por lo menos dos años preparándonos para ver cómo será el trato hacia los chicos, entendemos que con Alma Libre ellos puedan tener autonomía, que puedan tomar sus propias decisiones, queremos que sean ellos quienes también toman la decisión de venir a una escuela de educación emocional”.
Hablando de números, ¿cuáles son las materias, talleres y disciplinas de la escuela?
“Me llevó unos cinco años escribir el proyecto, como asesora de escuelas medias pensé en resolver problemáticas que me tocó vivir, esto me llevo a pensar en otro tipo de proyectos, por ejemplo en Alma Libre no hay pizarrones, vamos hacia una cultura digital. Desde un cañón proyector ellos siguen la clase pero con su plataforma virtual. Ofrecemos muralismo, teatro, fotografía, cine, danza contemporánea, huerta, reciclados, entre otras. Comienzan la jornada con Yoga o bien Tai Chi, también Chi Kung, todo en un aprendizaje significativo que alterna teoría y práctica todos los días”.
¿Qué futuro imaginas?
“Creo que Alma Libre crecerá un montón, no solo acá en Neuquén sino a nivel Patagonia, es una propuesta innovadora que reconoce a un ser integral, que tiene emociones y que necesita estar en equilibrio en su cuerpo y mente. Me siento acompañada por un grupo de profesionales comprometidos, con ellos vamos a desarrollar jóvenes seguros, con futuro, comprendiendo su adolescencia para que lo cultural y artístico no sean ocio sino que la proyección sea netamente profesional. El arte es una profesión, brindar un título de estas características es brindarle una herramienta de futuro”.
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