La ceremonia contó con la presencia de María Pasqualini, secretaria de Jefatura de Gabinete, quien acompañó a la dueña del kiosco, Marta Marifil de Parada, en el descubrimiento de la placa. “Estamos muy felices colocando esta placa y reconociendo el trabajo de Marta durante 52 años en la ciudad”, expresó la funcionaria.
Pasqualini subrayó que el kiosco abrió sus puertas al mismo tiempo que nació el barrio Limay, convirtiéndose en un punto de referencia para la comunidad. “Estos comercios cuentan la historia de la capital neuquina y, esencialmente, la de los barrios, porque crecieron en paralelo a ellos”, señaló.
La funcionaria destacó además el esfuerzo personal de Marta, quien sostuvo la atención del negocio de lunes a lunes, en un horario extendido de 7 a 21 horas, y al mismo tiempo acompañó la crianza y educación de sus hijos. Uno de ellos, recordó, se recibió de ingeniero en la Universidad Nacional del Comahue, reflejando la importancia del trabajo familiar y comunitario.
“El kiosco comenzó siendo muy pequeño y hoy es un polirrubro. Tenemos a Marta y al kiosco San Sebastián para rato”, concluyó Pasqualini, al remarcar la vigencia y proyección de este tradicional comercio barrial.
Conmovida, Marta Marifil de Parada agradeció a la Municipalidad por el reconocimiento y a sus clientes de toda la vida. “Me siento bien y con alegría. Yo estoy contenta después de tantos años, muy agradecida de todos los clientes, los hijos que vienen a visitarme, las vecinas”, señaló emocionada.
La comerciante destacó que a lo largo de más de cinco décadas muchos de sus clientes se transformaron en amigos y resaltó el acompañamiento constante de la comunidad del barrio Limay.
En relación al crecimiento del local y del barrio, Marta recordó los primeros años del kiosco y cómo ambos fueron evolucionando. “Tanto mi local como el barrio crecieron con esfuerzo propio. Nadie nos regaló nada”, afirmó.
Con orgullo, aseguró que continuará al frente del comercio. “Yo siempre voy para adelante. Estoy muy agradecida y voy a seguir acá firme”, concluyó.
El reconocimiento al kiosco San Sebastián se enmarca en un programa municipal que busca poner en valor a los comercios tradicionales de la ciudad, considerados parte del patrimonio cultural y social de Neuquén. Estos espacios son reconocidos por su aporte al desarrollo de los barrios y por su papel en la vida cotidiana de varias generaciones.