La directora de Turismo de la localidad, María Laura Chamlat, explicó que la reactivación de la fábrica de piedra fue posible gracias a aportes que permitieron reparar las máquinas. “No se estaba comercializando porque había que arreglarlas, y ahora lo estamos trabajando”, indicó.
A diferencia de otras piedras de afilar que se venden en el mercado, la de Taquimilán es completamente natural. Se extrae en su tamaño original y luego se le da forma, lo que le otorga resistencia y durabilidad. Su uso se amplió más allá del afilado tradicional, encontrando demanda en sectores como el turismo de pesca, donde los deportistas la incorporan a sus equipos.
La relación entre la comunidad y la piedra tiene larga data. Los pobladores descubrieron sus cualidades recorriendo los cerros y comenzaron a utilizarla en distintas actividades. Con el tiempo, se transformó en parte de la identidad colectiva y hoy vuelve a tener protagonismo como producto local y atractivo turístico.
Además de la piedra de afilar, Taquimilán trabaja en circuitos turísticos que rescatan la memoria minera. Entre los atractivos se destacan el Cerro Naunauco, un volcán de entre 40 y 50 millones de años, y antiguos yacimientos donde aún se conservan restos de campamentos y polvorines. La propuesta “Caminatas con Historia” busca consolidar recorridos guiados que combinen naturaleza y relatos sobre la minería.
La dirección de Turismo local trabaja con guías de Chos Malal y otras localidades del Alto Neuquén para enriquecer las visitas. Los circuitos incluyen entrevistas a extrabajadores de la minería y la exploración de cavernas, sumando también el desarrollo del turismo espeleológico en la zona.
En paralelo, se promueven alternativas para diferentes tipos de visitantes. Desde recorridos por el casco histórico y muestras en el SUM del camping, hasta caminatas a las minas de caolín, la oferta busca diversificar la experiencia. A esto se suma la posibilidad de visitar el viñedo Pueblo Encantado y las aguas termales naturales que se encuentran en los alrededores.
Para quienes llegan en vehículo, hay propuestas que invitan a recorrer parajes rurales cercanos, como Rahueco, donde se puede apreciar el vínculo entre la vida rural, la naturaleza y la historia local.
El proyecto de reactivación de la piedra de afilar contó con el acompañamiento del Centro PyME–Adeneu, dependiente del ministerio de Economía, Producción e Industria, y con la colaboración del vivero provincial de Huinganco, que aporta el packaging del producto. Cada etiqueta incluye la imagen del Cerro Naunauco como ícono identitario de Taquimilán.
Actualmente, las piedras se comercializan en el área de recaudaciones y en la dirección de Producción y Turismo de la municipalidad. Este producto, con fuerte arraigo local, busca posicionarse también como un recuerdo turístico con valor agregado.
Chamlat destacó que el rescate de la piedra de afilar y el desarrollo de los circuitos mineros permiten a Taquimilán “unir pasado y presente”, integrando identidad cultural, naturaleza y oportunidades económicas para la comunidad.
El plan de trabajo incluye también alianzas regionales para diseñar paquetes turísticos en conjunto con Chos Malal, potenciando el corredor norte de Neuquén como destino cultural, natural y productivo.
De esta manera, Taquimilán apuesta a un modelo de desarrollo que combina historia, tradición y producción local con el turismo, consolidando la piedra de afilar como emblema de su identidad y motor para nuevas oportunidades de crecimiento.
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