Los comercios que participaron lo hicieron de manera voluntaria, adhiriéndose al programa con el objetivo de fortalecer sus estándares de higiene, conservación de productos y trazabilidad. Se trata de una iniciativa que pone el foco en la calidad y seguridad de los alimentos que llegan al consumidor.
El programa contempla una serie de inspecciones técnicas realizadas por equipos de CIPPA y Bromatología Municipal. Estas visitas tienen carácter orientativo y educativo, buscando acompañar a los comerciantes en la implementación de protocolos que aseguren un correcto manejo de los productos cárnicos.
Durante las fiscalizaciones se evalúan diversos aspectos clave de la actividad comercial. Entre ellos se destacan la cadena de conservación de los alimentos, el estado general del local, el cuidado en la recepción de mercadería, y los procedimientos de lavado y desinfección.
Además, se controla el cumplimiento de prácticas como el lavado adecuado de manos del personal, el uso de elementos de protección, el registro y control de temperaturas en cámaras y heladeras, y la correcta rotulación de los productos a la venta.
Otro de los puntos fundamentales del programa es garantizar que los comercios adquieran alimentos únicamente de proveedores habilitados por los organismos competentes. De este modo, se busca asegurar el origen y la calidad de la mercadería que ingresa a los locales.
La entrega de certificados representa un reconocimiento al esfuerzo de los comerciantes que invierten en la mejora de sus prácticas diarias. También significa una garantía adicional para los consumidores, que pueden identificar los establecimientos comprometidos con la inocuidad alimentaria.
Desde la Secretaría de Seguridad Ciudadana del municipio destacaron la importancia de estas acciones conjuntas entre organismos provinciales y municipales, que permiten reforzar los controles sin perder de vista el acompañamiento y la formación del sector comercial.
Las autoridades locales celebraron la voluntad de los siete comerciantes en sumarse al programa, subrayando que esta adhesión voluntaria refleja el compromiso con la salud pública y el bienestar de la comunidad.
La Dirección de Bromatología anunció que continuará trabajando con los comercios del rubro alimenticio para fomentar la participación en este tipo de iniciativas, extendiendo la posibilidad de certificación a nuevos establecimientos interesados.
Desde CIPPA remarcaron que la aplicación de Buenas Prácticas no solo mejora la calidad de los productos, sino que también fortalece la confianza del cliente en los comercios locales.
San Patricio del Chañar avanza así en un camino de fortalecimiento de su red comercial, promoviendo espacios seguros y responsables para la venta de alimentos. Las carnicerías certificadas son un ejemplo de cómo la colaboración entre el sector público y privado puede generar impactos positivos.
La entrega de certificados de Buenas Prácticas en Carnicerías marca un hito para la localidad y se espera que en los próximos meses más comercios se sumen al programa, consolidando una red de alimentos más seguros para todos.
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