Todo comenzó hace unos 25 años cuando abrió su primer local, no vestía pantalones cortos y lucía rulos en su cabeza, pero es otra de las frases que nuestro entrevistado repite a lo largo de la charla dando muestras de cómo fueron aquellos días de comienzo en la actividad comercial.
Juan Carlos Scorpaniti está al frente de la Óptica Senso (en marzo del 2017 cumplen 25 años) y desde hace unos 10 años aproximadamente vende a todo el país anteojos para uso industrial y antiparras para motos. “Siempre me gustó la idea de poder vender, pensé primero en poner una farmacia, pero luego creí mejor comenzar con la óptica ya que me interesaba estudiar en la universidad técnico óptico contactólogo, que finalmente terminé”.
En el primer piso está ubicada su oficina, trabaja en la óptica que está ubicada en pleno centro de la capital de Neuquén (Carlos H.Rodríguez 24) y aunque su familia viene de otro sector, ligada a la fruticultura, del trabajo en chacras (padre y abuelo), en el horizonte que visualizó como desarrollo personal tuvo en el apoyo de su padre, la apertura de su primer local.
Senso tiene hoy dos centros comerciales, el ya mencionado en la zona alta de la ciudad y desde hace unos 4 años, se ubicó en la parte histórica comercial de la ciudad, denominada el “bajo”. Reflexiona que ese sector, el más viejo en cuanto a la instalación de comercios de distintos rubros, tiene una actualidad difícil por situaciones económicas que vienen por la depresión del sector del petróleo pero tener allí una segunda sucursal es importante para su marca.
Para quienes no conocen –el entrevistador tampoco tenía noción total de cómo es el circuito en este sector- el rubro óptica tiene en los viajantes, veloces vendedores que transitan largos caminos para llegar a la puerta de los comercios, dos o tres veces al año, con sus valijas –muestrarios- vienen con productos de distintas fábricas que representan, otras marcas de importadores y allí comienza todo. En sus muestrarios tienen lo que se va a usar en la próxima temporada, entre febrero y marzo llegan las novedades de anteojos de receta y para julio-agosto, los lentes de sol.
“Me acuerdo de aquel vendedor de la marca “Charro” -su primera en mostrar en el local, hoy vende Serengeti- tanto por su aspecto como por sus consejos de la calle, lo que te decía, lo pegaba”. Al principio el andar comercial no era del todo bueno y la frase: “vos abriste a lo grande pero vendes a lo chico” le retumbó fuerte y así fue que generó una nueva estrategia para su futuro.
Apostó siempre a la innovación, a la estética y a la asistencia profesional –desde el principio- de una agencia de publicidad (Javier Castro), para comenzar a subir escalones ya que existían más arriba las dos ópticas tradicionales de la ciudad.
La charla ahora se torna un tanto nostálgica, claro que siempre mirando hacia adelante. Scorpaniti no se olvida de la crisis del 2001, cuando tuvo que apostar a segundas marcas, marcas nacionales y a la conformación de una cooperativa de ópticas para poder conseguir descuentos en las compras.
Tampoco se olvida (muchos de la generación del 77’ tampoco) cuando se realizó el juicio sobre el Caso del soldado Omar Carrasco, “tuvimos tres meses cerrada toda la cuadra por el vallado, pero siempre que se viene un problema estoy atento para poder resolverlo, tengo respaldo profesional cada vez que comunico algo, meto mucha mano en las campañas publicitarias, aporto mis ideas para que los diseños estén lo más ajustado posible a lo que quiero”.
En marzo del año 92 fue la apertura del local, nació en San Rafael (Mendoza), lo bautizaron en Cipolletti y desde allí iba y venía cuatro veces al día, durante un año completo para estar al frente de su primer local. “Fue difícil ya que realizaba todas las tareas, incluso la administrativa, no había un volumen de trabajo diario como hoy, por eso lo podía hacer. No puedo dejar de mencionar al Banco Macro, al Patagonia y el BPN que fueron las entidades bancarias donde conseguí una apoyatura en los momentos más difíciles”.
Inventó una promoción (particularmente sale en invierno, ironiza en no haberla patentado), que tuvo repercusión nacional, gracias a un convenio firmado con su laboratorio proveedor que consiste en un símil 2x1, ya que comprando un lente multifocal – producto Premium - te llevas otro par de lentes color para sol, el cliente tiene la opción de ponerlo en su armazón o comprar otro y ponerlos allí.
Otro punto de inflexión fue aquel desfile exclusivo de anteojos realizado con apoyo de una fábrica que ayudó en la contratación de la pareja top del momento, ellos eran la modelo Dolores Barreiro y su marido Matías Camisani. Se montó una enorme globa en el casino local, de allí su interés en participar activamente en los desfiles de moda y tener en los programas de televisión (VERSE) un segmento para mostrar tendencias.
A partir del 2003, a raíz de una charla con un amigo que se desempeñaba en la empresa Pluspetrol, se entera que no existen lentes de seguridad de fabricación local – esto surge de la necesidad que imperaba en ese entonces, una nueva restricción de importaciones reinaba en el país-. Entonces, comienza a crecer en su mente la idea de poder realizar muestras porque conoció que las empresas se proveían desde la ciudad de Rosario, investigó, consultó y luego de charlas con directivos de petroleras, ofreció sus primeros diseños (bajo convenio con la Universidad del Comahue-UNCo) realizaron los primeros trabajos de prueba ya que en ese momento no existían para la zona las normas IRAM, pedidos exclusivos de esa industria.
El acuerdo con la UNCo fue durante 2004 y 2005, allí adquirieron la norma ANSI –una norma americana- asumió los costos, desarrollaron en conjunto la parte mecánica, recayendo en él los diseños. El proceso debía probar que los lentes estaban aptos para poder ser utilizados en la industria del petróleo y el gas, básicamente eran de seguridad laboral.
Aquí empieza otra etapa fructífera en su actividad comercial –siempre inquieto-. Recuerda que luego de un viaje a Italia, a la muestra más grande del sector de ópticas y lentes, allá por el 2005, junto con un entonces proveedor -hoy socio en las unidades de negocios de anteojos de seguridad y de antiparras para motos de competición tipo cross y enduro- sintió como el espíritu argentino, creativo, emprendedor, le significaría una nueva dirección de aciertos en sus negocios.
Ya asociado, contactan a un fabricante de Taiwán – la isla que le fabrica al mundo- y se aceleran los desarrollos de los diseños que debían estar adaptados a la necesidades locales. Si hablamos de lentes que usan argentinos o sudamericanos, todo tiene que ver con el rostro, el puente de la nariz, que rasgos humanos hay que tener en cuenta para poder conseguir que un producto no solo tenga su calidad sino que en su prestación también sepa ajustarse a lo que piden las empresas.
Crearon una marca: Fitwell, siempre con la ayuda de Javier Castro como diseñador. “Mucho sirvieron los ensayos que hicimos con los ingenieros de la universidad, nos abrieron muchas puertas, antes de tener este respaldo tanto en calidad como en volumen que hoy tenemos”. Se enorgullece de haber solucionado esos inconvenientes puntuales que las empresas tenían en el trabajo diario de sus operarios, que trabajan en altura con anteojos aéreos, más las antiparras y el casco, resultaba incómodo para ellos sino se les proveía de un anteojo industrial meticulosamente diseñado. “Fui varias veces a las áreas petroleras para ver en el terreno cuales son las variables de seguridad que se pueden mejorar, estar allí resuelve en tiempo y forma futuros problemas mayores”.
Fitwell hoy vende en todo el país, la marca creció y su presencia hizo que la comercialización derive en dos canales de ventas: uno está destinado a la parte de seguridad industrial, de presencia en ferreterías, casas de seguridad, y la otra, es a través de la Óptica Senso que si bien ofrece los mismos modelos, da la posibilidad de realizar ventas mayoristas.
La sociedad que lleva adelante esta firma se divide en dos áreas, una tiene que ver con la importación, la relación propia con los fabricantes en Taiwán –su socio tiene otra empresa que trae marcas y productos para ópticas-, ubicada estratégicamente en Capital Federal, es importador anual, se une aquí en nuestra provincia con el trabajo de campo, el desarrollo del producto y su diseño.
Por otro lado, el costado deportivo que también tiene Scorpaniti (juega al futbol, anda en bici y esquía) es la marca Wheels, que ofrece antiparras para motos de competición (también se hacen afuera), son modelos con exigencias para profesionales del motocroos y del enduro, como Esteban López Jove (participó en la primera edición del Rally Dakar) y los hermanos Marcos y Nicolás Giustozzi. Hay modelos más económicos que están disponibles para el andar en la calle, por ejemplo para los conductores que trabajan como delivery.
La entrevista llega a su fin, momento de las fotos, allí en el pleno quehacer diario, Scorpaniti nos acompaña a la planta baja, dejamos atrás su oficina repleta de catálogos y muestras tan presentes como las ideas en su cabeza. Antes de tomar una posición para comenzar a fotografiar nos indica amablemente algunos ángulos favorables para realizar la mini-sesión, él sigue adelante, claro, ya no puede parar, nosotros tenemos que escribir y hablar de todo esto.
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