Hasta allí fuimos con IN Neuquén y Gurmeteando.info, en una suerte de doble producción periodística, con la imperiosa necesidad de conocer su historia. Es que este emprendimiento comenzó de una manera particular, porque existía una extensión de terreno de unas 110 hectáreas y allí mismo, había que decidir qué hacer con “tamaña” tierra.
Las voces dentro de la familia comenzaron a proyectar futuros desarrollos, las primeras ideas se dirigían a la plantación de granado, pero como el mercado era más chico y más específico, declinaron en esa postura. Luego pensaron en la vid, pero “el vino es para otras grandes extensiones”, y así fue que descartaron también esta idea.
En este hermoso lugar, donde vemos las plantaciones perfectamente definidas en cuadros separados, algún trabajador recolectando a mano las aceitunas y debajo de una suerte de “quincho” abierto, conversamos con Gustavo Mauad, quien acompañado por Mariana Ruiz, su esposa, oficiaron de anfitriones durante la entrevista.
Para Mauad a la hora de razonar respecto a la proyección de un nuevo emprendimiento, piensa que “el producto que quieras desarrollar se tiene que vender en el mercado que mejor aceptación tenga”, esto es porque cuando se pensó en granado la mira estaba puesta en Estados Unidos y Europa. “Pero puede ser Argentina o México, pero esa pauta la rige únicamente la demanda”, nos explica.
Respecto de estos destacados aceites de oliva, Gustavo revela que “tenemos un producto que tiene que ver con la vida, la salud, el buen vivir, como empresa familiar tratamos de llevar un poco de lo que nosotros somos al mercado”. Y agradecido por la aceptación que los clientes están demostrando, agrega que “nuestro aceite es excelente, tenemos una calidad en nuestros productos que realmente sorprendió a todos”.
Y aquí hace un alto para explicar el porqué de esta generosa declaración, “vemos como las grandes empresas del norte, que ya tienen una tradición importante en el sector, compran nuestros aceites para mejorar su calidad, buscan transformarlos en extra virgen, cortando esa acidez, nuestra región naturalmente está teniendo resultados óptimos”.
Otro dato es que para elegir un buen producto entre tantas opciones de aceite de oliva, su consejo es estar siempre atento a la etiqueta y optar por un Extra Virgen con una acidez menor a 0,8%. El aceite de oliva Praderas Neuquinas por ejemplo, presenta una acidez menor a 0,2%.
Sus productos hoy se comercializan en envases de 250 y 500 ml, “primero porque pensamos en una venta directa, de manos de los mismos productores, y como aún faltan plantar algunas extensiones del campo, creemos que en un futuro podremos generar otras estrategias de venta cuando tengamos la producción a pleno”, nos aclara Gustavo.
Cuando pisaron esa meseta, recuerda que “tuvimos que abrir calles, limpiar todo el terreno, ver qué pasaba con el agua, parecía un basural, al estar acá arriba algo alejado, nos encontrábamos con grandes cantidades de basura que otros tiraban”.
Ya lejos de ese panorama, el volumen actual de producción de aceitunas comenzó a dar sus primeros destellos de calidad. Hoy la realidad marca que con presencias en importantes ferias como el evento Semilla, la cocina fusión en el restó Del Sur, la Expo Rural en Junín de los Andes, los encuentros provinciales hortícolas, stand en el Salón de Vinos y Alimentos, y la relevante última edición del Festival del Chef, aportan a un posicionamiento que comienza por solidificarse.
“Ver en manos de Dolli Irigoyen nuestro aceite Arbosana fue verdaderamente un orgullo como productores familiares”, menciona Mariana, quien se encargó de la logística para enviar con un equipo del Centro PyMe-Adeneu, y que luego “saltó” de la alegría cuando en la transmisión desde Villa Pehuenia notó que cocinaban con los aceites de Praderas Neuquinas.
En cuanto a los varietales elaboran aceites de oliva en sus versiones de Coratina, Arbequina, Picual, Koroneiki, Hojiblanca y Arbosana. Todo aceite de oliva extra virgen es rico en antioxidantes, polifenoles, vitamina E, omega 3, 6 y 9. Consumir una cucharada al día disminuye el riesgo de sufrir múltiples enfermedades al mismo tiempo que disfrutamos de un placer único.
El sacrificio de una cosecha manual hace que mejoren aún los alcances de Praderas Neuquinas (siempre hay una mirada hacia el exterior), allí reside una particularidad que los compromete a “dedicarnos intensamente”. También hay cuestiones que tienen que ver con la amplitud térmica que se registra en nuestra región, lo que implica que las plantas también estén, en un porcentaje menor, condicionadas en su crecimiento, pero “el tiempo marcará hasta dónde llegaremos”, aporta Mauad.
El “mundo” olivícola tiene en Italia y España a los líderes mundiales (con plantas centenarias) en calidad y producción de aceites de oliva, aquí en la provincia de Neuquén existen –al menos- cinco productores de “olivares” (incluida Praderas Neuquinas) que buscan posicionarse en diferentes mercados.
Esperan que para el año 2021 su producción esté a pleno y aumente, en ese futuro cercano llegará también el tiempo de invertir en la compra de una nueva máquina de prensa, molienda, filtrado y extracción, entre otros tecnicismos.
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