La Organización Mundial de la Salud y el Centro de control y prevención de enfermedades, alertaron que la transmisión del coronavirus, se da por inhalar aerosoles que permanecen en el aire de espacios cerrados y mal ventilados. La presencia de dióxido de carbono (CO2) es un indicador indirecto del riesgo de infección por coronavirus.
Así nació LAB1, creado por Mariano José Millañanco, ingeniero químico de Neuquén capital. “Es un dispositivo portátil de medición de dióxido de carbono en el ambiente. Posee un led de alta luminiscencia para poder ser visto a una distancia considerable. Está construido con sensores de partículas NDIR, lo que garantiza una lectura precisa. Su luz funciona indicando los niveles de CO2 con los tres colores universalmente conocidos, verde, amarillo y rojo”, comentó para IN Neuquén, Mariano Millañanco.
Vale aclarar que el dispositivo ya está registrado en INPI (Instituto Nacional de la Propiedad Industrial) con el número de modelo 99517.
LAB1 está pensado para que se adapte a distintas situaciones sin usar cables. Su luz LED de alta potencia indica de una forma clara la emergencia de la situación independientemente si el usuario está cerca o lejos, incluso puede ser interpretado por cualquier persona en el ambiente.
¿Cómo fue el proceso de creación?
M: “Crear este dispositivo tuvo mucha investigación. Sobre todo determinar qué tipo de sensor utilizar para dar una lectura confiable del número de partículas en suspensión de CO2. El diseño fue otro punto de mucho trabajo, intentando simplificar al máximo su funcionamiento, tanto como para que el usuario simplemente lo conecte y ya este funcionando”, explicó el inventor.
¿Cómo funciona el dispositivo ?
M: “Cuantificar el riesgo en ambientes interiores cerrados por ser propicios a generar eventos de súper contagio. La luz verde indica que los niveles de CO2 son adecuados, la luz amarilla indica niveles elevados cercanos a los límites establecidos de la OMS, por lo cual sería recomendable ventilar el lugar; la luz roja indicará que es un lugar peligroso por lo cual se debería abandonar el lugar y ventilar hasta que caiga la concentración de CO2”.
¿Cómo fue el camino para llegar a ser ganador de NAVES Federal?
M: “El desarrollo del dispositivo comenzó aproximadamente en marzo de este año, la inscripción de NAVES fue en mayo. Postularse para NAVES fue un proceso muy sencillo, fue vía web y contó con varios seminarios que ayudaron a potenciar la idea o negocio desde varios puntos de vista, como marketing, económico, legal, etc. A medida que fueron avanzando los seminarios hay procesos de "corte", mediante asistencia a los seminarios online y entrega de planillas de proyección financiera. En la final todos los proyectos contaron con 5 minutos de pitch para contar la idea general, de todos los proyectos se seleccionaron 5 ganadores, entre ellos LAB1”.
¿Cuál es el lado económico de tu proyecto?
M: “En una primera instancia sería muy bueno poder venderle el dispositivo a instituciones (escuelas, universidades, hospitales, bancos, oficinas, transporte, etc) que además son las más proclives a tener espacios que pueden generar super contagios. Aunque también está pensado para venderlo al público en general. Actualmente se cuenta con una capacidad de producir aproximadamente 1000 unidades por mes. Las aspiraciones a futuro son colocar a Acetilcolina SRL como una empresa de desarrollo tecnológico tanto a nivel regional como nacional.
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