Cuando comenzó su carrera en San Patricio del Chañar, la región experimentó un auge explosivo que revitalizó la viticultura en la Patagonia. A pesar de los desafíos geográficos y climáticos, Viola destaca que la región sigue creciendo y ganando terreno en el mapa vitivinícola de Argentina. La disponibilidad de agua y el cambio climático están impulsando la producción de vinos en la Patagonia, y Viola ve un futuro prometedor para la región.
Sin embargo, uno de los desafíos más apremiantes que enfrenta la industria en Patagonia es el conflicto con una empresa extranjera que intenta registrar la palabra "Patagonia" para sus vinos elaborados en Chile y exportarlos a nivel mundial. Ana Viola, quien también es la Presidenta de la Cámara de Bodegas Exportadoras de Patagonia, está liderando la oposición a estos intentos, argumentando que sería un engaño al consumidor y podría obstaculizar las exportaciones legítimas de vinos patagónicos argentinos.
"Ya les dijimos que es un engaño al consumidor. Si quieren, pueden venir a hacerlos acá y ponerles como indicación geográfica Patagonia, pero no digamos mentiras", advierte Viola.
Viola subraya la necesidad de una mayor colaboración entre productores, instituciones educativas y organizaciones comerciales en la región de Patagonia para consolidarla como una marca vitivinícola de renombre. La formación de recursos locales y la promoción de la cultura del vino son esenciales para el crecimiento sostenible de la industria.
En cuanto a la sustentabilidad en la producción de vinos, Ana Viola aboga por un enfoque más amigable con el medio ambiente. En Malma Wines, la bodega de la familia Viola, están implementando protocolos de sustentabilidad y reduciendo su huella de carbono. Considera que los vinos producidos de manera natural deberían destacarse en las etiquetas y valora las certificaciones orgánicas como un paso hacia una producción más responsable y ecológica.
En términos de la incorporación de mujeres en la industria del vino, Viola destaca que su bodega, Malma, cuenta con una representación equitativa de género. Sin embargo, reconoce que en otras áreas de la industria, las mujeres enfrentan obstáculos debido a las responsabilidades familiares y las distancias geográficas. A pesar de estos desafíos, celebra la creciente presencia de mujeres en roles técnicos y de liderazgo en la viticultura.
Ser empresaria en Argentina, según Ana Viola, es cualquier cosa menos monótono y requiere una gran adaptabilidad y flexibilidad para enfrentar los desafíos cambiantes del entorno empresarial.
Finalmente, ella ve un futuro brillante para el vino argentino en el mundo y considera que el vino argentino tiene un potencial inmenso que debería ser abrazado por el Estado. La calidad excepcional de los vinos argentinos merece ser descubierta y apreciada a nivel mundial.
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