En esta entrevista, este elaborador santafesino, nos cuenta algunos detalles del evento (a nivel interno), de la “cata a ciegas”, donde las muestras presentadas este año han crecido exponencialmente.
En Aluminé se realiza, desde el 2014, el Festival Provincial de Cerveza Artesanal (mediados de octubre). Un encuentro importante para los cerveceros locales porque además de poder ofrecer sus productos, se capacitan y entre colegas pueden ayudar a mejorar la calidad de las cervezas artesanales. Entre los miembros del jurado figuran personalidades de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Bariloche y Neuquén.
“En Aluminé se vivieron experiencias muy buenas y enriquecedoras, todos pudieron llevarse una recomendación del jurado. Lo ideal es juntarse con los colegas porque allí podemos acercar nuevas técnicas, alguna data específica” explica Llinas.
Este santafesino es jurado desde el año 2009, pero en el año 2010 (a través del Beer Judge Certification Program –BJCP-) nuevamente tuvo que rendir y asegura que “el ambiente es serio, cuando tenemos que evaluar en las mesas las muestras todo lo que hacemos está hecho con respeto”.
Llinas está desde los comienzos en la “movida” neuquina, y respecto al crecimiento que vive el Festival opinó que “lo que más me sorprendió en este último Festival, primero fue la cantidad de muestras que se presentaron, pero además hay que tener en cuenta a todos aquellos que hace tres años presentaron por primera vez una muestra y que hoy luego de tres participaciones han podido mejorar su cerveza”.
Este año se duplicó la cantidad de muestras presentadas para la “cata a ciegas”, momento en el cual más de 70 elaboradores se reúnen, primero para capacitarse, y luego para escuchar la palabra autorizada de los jurados. En el certamen 2017 fueron presentadas unas 239 muestras, casi el doble de las recepcionadas en 2016.
“Conocimos cervecerías nuevas, todavía falta buscar sabores locales más allá de las recetas tradicionales, hoy tenemos la suerte de vivir un crecimiento no solo en cantidad sino en calidad que es más importante” dice Llinas. “Del primer evento que se hizo, que quizás estuvo algo aislado, hoy vemos que también se está generando un crecimiento desde lo subterráneo, desde lo previo que tiene el Festival, las charlas, la cata a ciegas, y eso es lo que están disfrutando mucho más los cerveceros” agrega.
En la premiación, a partir de la devolución del jurado fueron entregadas 45 medallas: 2 medallas de oro (más de 91 puntos), 16 de plata (más de 81 puntos), 27 de bronce (más de 71 puntos). Las mismas se repartieron entre 6 cerveceros caseros y 20 microcervecerías, sobresaliendo “Nuske” de Meliquina. Fueron dos noches plenas de festividad a las que concurrieron más de 2.200 personas.
Hoy, desde el brewpub Estación Saer, un bar cervecero ubicado en el boulevard principal de la ciudad de Santa Fé (es una vieja estación de trenes recuperada), allí es donde se venden las cervezas Palo y Hueso que elabora, con varios estilos conectados y una de sus recomendaciones tiene que ver con la especialidad de trigo (premiada en el South Beer Cup hace dos años).
Allí tienen además una renovada línea de cervezas con miel, un clásico para la cervecería, esto es incluir en la elaboración diferentes tipos de miel (de monte, de eucalipto y de pradera).
En el final de la entrevista resalta con agradable emoción que “el nivel de locales de recarga que está viviendo la ciudad de Neuquén es algo único en el país, lo cual intentaremos replicarlo en nuestras ciudades”.
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