Con base en General Roca, en poco tiempo Halkis se armó una cartera de clientes que hoy tiene como grandes protagonistas a compañías como Shell, Total Austral y Pan American Energy. Pero, ¿cómo?
Francisco Fornieles y Federico Boggio crearon la SRL en el 2010 como una consultora multidisciplinaria, que a la vez de brindar asesoramiento técnico sobre en los rubros de agricultura y ganadería, empezaron a crear programas de Responsabilidad Social Empresarial para las empresas dedicadas al rubro hidrocarburífero.
Y es que saber cómo realizar inversiones sociales que fomenten el desarrollo local es un servicio en demanda (y con grandes perspectivas de crecimiento). Si bien por un lado existe un claro cambio cultural dentro de las empresas ligado a temas de sustentabilidad, compromiso social y cuidado con el medio ambiente; también este tipo de proyectos brindan un gran beneficio económico. Hoy, por ejemplo, para pedir un préstamo a organismos internacionales las petroleras deben demostrar que invierten en las comunidades locales.
“Llegamos a eso un poco de casualidad, cuando en el 2011 nos cae una consulta a través del INTA de una ONG que le manejaba los programas de responsabilidad empresarial de lo que en su momento era Total”, explicó Francisco Fornieles a InNeuquén, al respecto de los comienzos de la disciplina en el norte patagónico.
De ese primer contacto quedaron bien parados, y cuando la ONG cayó en desgracia, Halkis empezó a trabajar con la empresa de forma directa. “En ese momento nosotros no veíamos la vinculación de agricultura y ganadería con la industria del petróleo, pero ahí nos empezamos a dar cuenta que puede ser viable”, comentó.
¿Y en qué consiste el trabajo? Tras un primer diagnóstico socioproductivo, se arma un programa piloto. Entre otros, en Halkis han desarrollado algunos de producción de alimentos orgánicos, de forestación no convencional, de producción ganadera de chivas en la estepa patagónica, y el acompañamiento a mujeres para potenciar emprendimientos hortícolas.
“Los programas no son enlatados, ya que trabajamos con la idea de desarrollar programas de desarrollo local donde las empresas operan con la gente e instituciones del lugar. Y si bien nuestro público en general son pequeños productores y campesinos, nos adaptamos a las particularidades y diferencias de cada situación”, remarcó Fornieles. Y agregó que “Nuestra diferencia es que conocemos el sector productivo, y además, nacimos con la idea de armar equipos de trabajo que generen impacto. Por eso somos una empresa donde priorizamos mucho a las personas”.
Y la aparente contradicción de tener como clientes a multinacionales petroleras mientras buscan potenciar un modelo de desarrollo sustentable y justo, no se les escapa. Se dicen conscientes de estar en la encrucijada entre trabajar con una industria que de afuera se ve como el ogro en cuanto a responsabilidad social y medioambiental. Pero sostuvieron, ahí recae el problema.
“Hay que trabajar desde adentro, con lo que se tiene. Hoy, este tipo de empresas destinan muchos recursos a programas de responsabilidad y no tan sólo como una pantalla. Se trabaja con las comunidades porque se sabe que es en beneficio para ambos”, concluyó el agrónomo.
Y como la rentabilidad del negocio es grande, y más aún más son sus perspectivas a futuro, en Halkis resaltaron que ven crecimiento en la profesionalización de estos servicios.
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