Las empresas productoras nucleadas en la Cámara Argentina de Productores de Cerezas Integrados (CAPCI) y que cuentan con el acompañamiento de Centro PyME-Adeneu, realizan gestiones para ingresar en nuevos mercados, principalmente del sudeste asiático.
Si bien este año el mercado externo no fue positivo para el sector debido a la depresión en los precios que produjo el ingreso de más 150.000 toneladas de cerezas chilenas y el “amesetamiento” de la demanda, Argentina y su producción patagónica basa su fortaleza en la calidad y estacionalidad de sus cerezas.
La producción más extensa que va desde diciembre a febrero/marzo, permite por un lado insertar cereza “primicia”, para lo cual es clave el desarrollo del aeropuerto de cargas de Neuquén, y por otro lado, Argentina se diferencia con fruta “tardicia”, que se envía en barco para que se demore su ingreso en los mercados asiáticos.
Esto último permite una importante rentabilidad ya que la cereza es un presente que se brinda usualmente en el marco del “Año Nuevo Chino”, celebrado entre fines de enero y principios de febrero en Asia.
Los números siguen siendo positivos y la cereza es uno de los pocos sectores frutícolas que registra buena rentabilidad.
En la actualidad las empresas de Neuquén y Río Negro exportan el 85 por ciento de su producción a mercados como Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Medio Oriente y Hong Kong, a los que se sumaron este año India e Indonesia.
Si bien aún la temporada continúa en desarrollo, se estima que el Alto Valle de Río Negro y Neuquén exportó más de 3.000 toneladas, de las cuales menos de la mitad corresponden a cerezas elaboradas en tierras neuquinas.
La producción del país en general estuvo en 14.000 toneladas, de las cuales solo se exportaron hasta el momento unas 5.200 toneladas, mientras que el resto queda en el mercado interno por tamaño chico.
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