Los hermanos Puricelli apuestan a la expansión: nueva fábrica de vermouth y la marca Del Sur llega a otros límites

En Cinco Saltos (en un galpón familiar) planean junto con Juan Díaz -socio- y amigo de Carlo, aumentar los niveles de producción, “Santa Fé, Chubut y otras distribuidoras nos están solicitando grandes cantidades”. Hasta hace poco elaboraban 100 litros “exclusivos” en tres variedades, hoy pasaron raudamente a elaborar 3.000, y como en todo el país el vermouth artesanal solo lo hacen 4 empresas, el mercado favorece que la fábrica se termine en poco tiempo más. Además están a la espera de un financiamiento que le otorgarían por la garantía que lleva su emprendimiento.

Y en Neuquén Capital con la flamante nueva apertura de la beer house “El Origen” by Del Sur Espacio, allí en una suerte de franquicia se abre camino el estilo que propone la idea gastronómica de Carlo en otra ciudad y por el asesoramiento que llega a esa cocina es que los resultados hasta el momento son prometedores.

Están unidos sustancialmente en los nuevos desafíos, si bien ambos tuvieron la oportunidad de poder desarrollarse profesionalmente en diferentes sectores, pero como todos los hermanos, cuando existen necesidades puntuales de sus aptitudes, la “sangre tira”, reza una vieja frase.

Sus momentos más relacionados con el camino del aprendizaje están situados en otras geografías, Carlo se potenció como Chef en Barcelona, México y Francia, mientras que Marco sostuvo su interés por el diseño gráfico y la fotografía trabajando para una cadena de ropa informal de España. “La crisis que vivía el país en el año 2.000 de alguna manera nos llevó a tomar la decisión de pensar en Europa, si bien nos encontramos un año más tarde allá, estuvimos juntos un buen tiempo”, explica Carlo.

Esa Europa es muy distinta a la que conocemos hoy, comenta Marco que “Barcelona es el lugar indicado para estudiar diseño gráfico pero no tanto para llegar e intentar conseguir trabajo, los niveles son muy altos para alguien que recién comienza y además está repleto de profesionales”, en el caso de Carlo se nota una clara diferencia porque “en gastronomía no necesitas incluso conocer el idioma donde vas, siempre hay una sola forma de hablar y es dentro de la cocina”, indicando así que su suerte laboral fue algo más inmediata que para su hermano.

De todos modos Marco consiguió trabajo como diseñador gráfico, precisamente un día antes de ingresar al “mundo” de las hamburguesas, mientras su hermano pensaba
cambiarse de destino para especializarse en comidas típicas de los países donde residiría temporalmente. Marco al tiempo irrumpió –con una socia, Marina Prim- en una idea que “pegó” y muy bien allá. Comenzaron a elaborar sushi (sólo por Delivery) llegando a tener unos 16 locales (tres propios), incluidas algunas franquicias más. La relación con Prim primero surge por su conocimiento con Carlo, porque al llegar su ex profesora allá le ofrece un puesto en un famoso “speakeasy” de Barcelona.

El nombre Javier de las Muelas y su bar Dry Martini (está también en Shangai, Hong Kong, Madrid) le dieron un espacio a Carlo para desarrollarse, “la idea del restaurante a puertas cerradas estaba potenciándose en aquel momento, era una novedad y este lugar estaba en una categoría alta, también por el conocimiento y la impronta que se veía de parte de su propietario”.

Pero España venía “tapando” una crisis que cuando se hizo presente al mundo, terminó por azotar no solo a este proyecto de sushi sino al resto de los españoles, la historia ya la
sabemos, porque “los bancos ya no financiaban, se habían cortado el sistema de tickets para comprar comida, había que responder por las franquicias y todo era un problema,
ya el capital que le inyectábamos no alcanzaba”, y así fue que Marco rumbeó para Cipolletti.

En el caso de Carlo, su regreso se debe en parte a la convocatoria que la firma Valle Perdido, ese “multiemprendimiento” que finalmente no funcionó en la zona de El Chañar, lo acepta para estar al frente de la cocina. De todos modos en su cabeza rondaba la idea de poder abrir su propio local gastronómico, hoy conocido como Del Sur Espacio, mientras en las aulas daba clases y dejaba en sus alumnos detalles de sus experiencias en el extranjero. “Siempre empecé sólo, mi hermano al principio me ayudó con el sushi y cuando él comenzó a elaborar cerveza artesanal, la ofrecíamos en el restaurante”, dice Carlo.

En un terreno propiedad de la familia Puricelli, comenzaron las obras allá por el año 2.008, abriendo el 2.010 (en septiembre cumplen ocho años) un restaurante con ese arriesgado concepto de “puertas cerradas”. Difícil como todo principio, la idea fue ir fomentando en algunos interesados una nueva forma de acercarse a la cocina, brindando clases temáticas lograron despertar en ellos “una cultura gastronómica que no se conocía en la zona, y allí mismo mover de a poco las reservas para el restaurante”.