Este avance está vinculado a la reconversión de áreas productivas que por décadas estuvieron orientadas a peras y manzanas. El cinturón verde neuquino, donde ambas localidades concentran alrededor del 54% de la producción hortícola provincial, se ha transformado en una zona clave para abastecer a los principales centros urbanos.
La ubicación estratégica cercana al Mercado Concentrador de Neuquén permite una comercialización ágil y una respuesta rápida a la demanda. De acuerdo con los registros del MCN, más del 60% de las hortalizas consumidas en temporada estival son de producción local y cerca del 30% corresponden al invierno, porcentaje que sigue en aumento gracias al crecimiento de la superficie bajo cubierta.
Los suelos de alto rendimiento, la disponibilidad de agua de riego y la logística integrada con las grandes ciudades han favorecido que los productores diversifiquen cultivos como tomate, zapallo, lechuga, acelga, morrón y cebolla, entre muchos otros. La proximidad al mercado posibilita ingresar productos frescos en cuestión de horas, un diferencial competitivo importante frente a otras regiones proveedoras.
Según datos del RENSPA 2024-2025 y de la Dirección de Horticultura de la secretaría de Producción e Industria, la superficie hortícola en Centenario y Vista Alegre alcanza hoy las 335 hectáreas a campo y más de 51.200 metros cuadrados de invernaderos. Este crecimiento refleja una tendencia sostenida en ambas localidades.
Centenario encabeza la expansión, con 217,8 hectáreas de producción a cielo abierto y 41.530 metros cuadrados de invernaderos distribuidos en 77 establecimientos. La localidad se posiciona como uno de los núcleos de mayor dinamismo del valle productivo.
Vista Alegre, por su parte, suma 118 hectáreas cultivadas a campo y 9.672 metros cuadrados bajo cubierta, distribuidos en 30 chacras. Allí, las explotaciones presentan una escala promedio de 4 a 5 hectáreas, mientras que en Centenario predominan superficies de 2 a 3 hectáreas.
La producción bajo cubierta tuvo un crecimiento notable en los últimos años: se triplicó en Centenario y se duplicó en Vista Alegre. Esta tecnología permitió estirar la oferta fuera de temporada y mejorar la calidad comercial de las hortalizas.
El avance hortícola está directamente relacionado con el reacomodamiento territorial del valle. Según el Anuario Estadístico de SENASA 2024, la superficie implantada con frutales cayó de 6.786 hectáreas en 2015 a 5.233 hectáreas en 2024, una disminución atribuida a la presión urbana y a cambios en los mercados internacionales.
Este escenario impulsó a muchos productores a migrar hacia cultivos de ciclo corto y alta rotación, más adaptados a la demanda local y a la estructura logística del área metropolitana. La horticultura se convirtió así en una oportunidad concreta para sostener la actividad primaria en la región.
El Estado provincial, a través de sus organismos técnicos, acompaña este proceso con asistencia, financiamiento y capacitación para mejorar la competitividad del sector. El objetivo es consolidar el abastecimiento interno y fortalecer la soberanía alimentaria.
Los productores coinciden en que el crecimiento continuará en los próximos años, especialmente con la incorporación de nuevas tecnologías, mejores sistemas de riego y más superficie bajo cubierta que permita abastecer la demanda invernal.
La transición productiva de Centenario y Vista Alegre constituye uno de los casos más relevantes de reconversión agrícola en la Patagonia, y se proyecta como un modelo de producción eficiente, diversificado y cercano al consumidor.