La Estación Espacial –que pasó de ser una polémica nacional a tan sólo una “espectacularidad” por su inmensa antena- es un proyecto de colaboración en el que intervinieron la Agencia Nacional China de Lanzamiento, Seguimiento y Control General de Satélites (CLTC) y la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae) de la Argentina.
En un predio de más de 200 hectáreas se levanta una enorme antena de 35 metros de diámetro, 50 metros de altura y 450 toneladas de peso que servirá para establecer comunicaciones con el espacio profundo. China tiene un programa espacial que ha llevado misiones (por ahora no tripuladas) a la Luna y en un futuro al planeta Marte.
Para poder monitorear satélites y naves espaciales, China tiene dos estaciones en su territorio, una de 35 metros de diámetro y otra de 60 metros. Pero para tener un seguimiento las 24 horas del día necesitaban una tercera estación y eligieron un paraje neuquino.
Al cierre de la semana pasada se realizó una tercera visita para la prensa local y nacional –incluso algunos colegas ya ubicaron en su perfil de facebook una fotografía junto a la antena- al paraje Quintuco, una zona rodeada de montañas cerca de Bajada del Agrio.
La estación –que tuvo algo más de 50 millones de dólares de inversión- tiene cuatro sectores, el primero es un edificio multifunción para el personal con una sala contigua donde se exhiben maquetas y fotos de las misiones espaciales. En el segundo sector está el centro operativo, desde allí se manipulará el equipamiento técnico para el funcionamiento de la antena y las comunicaciones. El tercero es el de la antena y el cuarto es la estación de energía eléctrica, que tiene un Megavatio de potencia instalada para alimentar a toda la estación.
Las obras fueron encomendadas a la contratista china CHEC, mientras que Esuco fue la subcontratista argentina. Participaron más de 500 personas de la construcción entre operarios y profesionales chinos y argentinos que supervisaron la obra.
Cuando haya actividad habrá 30 personas aproximadamente en la estación y vendrán científicos especialmente desde China. Durante el tiempo en el cual no se registren tareas quedará una delegación de diez personas para su mantenimiento y la tranquilidad de aquellos que pensaron en su uso “militar”.