Como algunos casos puntuales indican que aquellos cerveceros, hoy convertidos en especialistas “brewmaster”, comenzaron precisamente así, con un origen embrionario, y que de a poco se fue perfeccionando, y creciendo gracias no sólo a la búsqueda personal sino a la profesionalización que el sector fue logrando también.
Owe comenzó en el año 2004, con la dupla conformada por Pablo Méndez y Marcelo Neme, en ese entonces todo era un proyecto para instalar una cervecería, pensado como un emprendimiento productivo, sus puertas se abrieron un 10 de diciembre y desde ese año no pararon. Están catalogados en el mundo cervecero nacional como la “cervecería” más grande de nuestra provincia.
“Hoy cumplimos 13 años. Años de desafíos, años de crecimiento, años compartidos. Junto a vos hacemos posible disfrutar lo nuestro. Disfrutar del fruto de nuestro trabajo, disfrutar del lugar donde vivimos y de los miles de amigos y familia que cosechamos en el camino. Elijamos disfrutar lo nuestro. ¡Gracias por acompañarnos!”, postearon en su cuenta oficial de facebook, mientras se realizaba el evento de cumpleaños, éste último domingo.
Un día antes de tamaño festejo, publicaron una búsqueda laboral que consiste en la posibilidad de ingresar al plantel de su fábrica a dos personas, “homebrewer”, o bien a cualquier persona que tenga conocimientos sobre la elaboración de cervezas artesanales, “disponibilidad horaria y muchas ganas de trabajar”, condiciones para la incorporación de ambos ayudantes.
El nombre, Owe, es una deformación de una palabra que en la lengua mapuche significa desierto, que es la geografía que identifica a toda la Patagonia. Empezaron invirtiendo unos 50 mil pesos, y hoy cuentan con una sucursal en Cipolletti (dos años de apertura), más allá de todas sus presencias en eventos cerveceros y su clásico restaurante ubicado en Avenida Olascoaga al 2150, allí muy cerquita del río Limay.
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