El intendente Mariano Gaido se acercó esta mañana al local donde, junto a sus dueños, descubrió una placa artesanal en la fachada y les entregó un certificado por su trayectoria.
El concejal por el Frente Integrador Neuquino, Camilo Echevarría, comentó que se trata de un comercio artesanal muy importante de la capital neuquina, pero sobre todo remarcó el “esfuerzo de la familia para poder llegar a este día». Y en esa línea dijo que “es un orgullo para la ciudad tener comercios que acompañen el crecimiento de Neuquén”.
La gran impulsora de la chocolatería y nieta del fundador, Teresa Haltrich, contó que su abuelo Rodolfo -un reposero húngaro- vino junto a su padre Gustavo a Argentina en 1920 y que luego, en 1937, emprendieron rumbo hacia Neuquén. En ese momento Gustavo se casó con María Borja, que había estudiado Artes Decorativas y después es quien se encarga de las decoraciones del local. Es así como comenzó a dar los primeros pasos en lo que en un principio fue una confitería familiar.
“Primero funcionó unos años en la calle Láinez, después siguió su camino en la calle San Martín”, recordó Teresa.
Este comercio dulcero no solo contó con la participación familiar, también tuvo colaboradores por varios años como Rodolfo Baeza, Germán Reyes y Carmen Leiva. Luego de varios años funcionando, Borja decidió cerrar el local.
En el año 2002, Teresa cuenta que luego de hacer unos bombones deliciosos para el bautismo de su nieto, tuvo la idea brillante de comenzar a venderlos y seguir con la costumbre familiar.
Cecilia Agustina Calaio Haltrich mantiene vivo el quehacer de sus bisabuelos, abuelos y de su madre. “Soy cuarta generación repostera -destacó con orgullo- y estoy llevando adelante el local. Mamá me sigue ayudando en todo lo que son flores orgánicas y en toda la parte especial que no se consigue en otro lado que le da el toque distintivo a este comercio”.
Dice que ese es el secreto de los famosos chocolates, y en tener en cuenta cualquier detalle por más mínimo que parezca.
“Si es un bombón de licor tratamos de usar el licor original, si es un bombón de fruta tratamos de hacer el dulce. O sea, siempre apuntamos a tener la mejor calidad en todos los aspectos. Además, hacemos una decoración muy linda y tenemos la mejor atención de Neuquén”, dijo entre risas.
Cecilia cree firmemente que se trata de un trabajo colectivo, y que a lo largo de estos años “hemos formado un equipo muy lindo, que es el que nos ha llevado hasta acá”
Su madre, aunque más alejada de la labor diaria intensa, continúa presente; también menciona a Carmen Leiva, a Mirta Montes de Oca, a Haydé Sandoval, a Margarita Rivarola y a Martina Ducás que forman parte de ese equipo del que está orgullosa.
“Trabajamos para mantener la mejor calidad, la mejor presentación, la mejor atención y sobre todo el apellido de mis abuelos en alto. Y por supuesto tratamos de transmitir la historia en cada bombón y a cada cliente”, concluyó.