Hay determinados productos que, por alguna razón, pueden, con su ingreso, dañar la producción local y su entrada deba ser regulada. Deben llevar una “licencia no automática” (LNA) en Aduana, sobre todo en el rubro hidrocarburos. Al llevar una LNA hay que esperar que autoricen su ingreso y eso demora el proceso de abastecimiento, siendo que muchas veces, no hay producción local que lo reemplace.
A todo esto el Estado puede o no autorizar ese ingreso, pero los tiempos “corren” de cerca a quienes intermedian en estas operaciones, teniendo que concretar el contacto con el proveedor, efectuar la compra, embarcar la carga, y de llegada al país el posterior flete a la empresa, todo en un plazo de 90 días.
“Es muy aleatorio todo lo que está pasando, hay clientes con aprobaciones rápidas y otros que siguen esperando luego de casi dos meses”, explica Jacqueline Paniagua, CEO y coordinadora del equipo de profesionales en comercio exterior de Almacomex.
“Y les pasa a todos, tanto a las grandes compañías como a las pymes locales”, añade. Si bien hay prórrogas que se pueden pedir 15 o 20 días antes de que se cumplan los 90 iniciales, y que también están sujetas a otra autorización.
“Operar de esta manera nos hace trasladarle a nuestros clientes otras preocupaciones y riesgos, tanto de tiempos como económicos”, remarca. El cambio de signo político en la administración nacional propuso nuevos plazos, cuando anteriormente eran unos 180 días.
Un ejemplo para entender el tiempo con el cual cuenta un importador para traer su mercadería al país, es que “si pensamos en todo lo que viene del lado asiático tenemos mínimo 55 días solo de barco, más los tiempos de fabricación del proveedor y posterior entrega, ya estamos con los 90 días cumplidos y sin tener la mercadería acá”.
Almacomex defiende los intereses nacionales porque también está del lado de los proveedores locales (los ayuda a exportar por primera vez), pero cuando hablamos de las “LNA y sus enredos”, difícil es la ecuación que supone una protección del Estado nacional sobre ciertas fabricaciones y volvemos al Oil & Gas, sector primordial en Neuquén. “Afuera están los productos que esa industria solicita porque cumplen con las rígidas certificaciones que priman en este sector”, dice.
Hay pymes locales que son proveedoras de las “grandes” operadoras y para lograr mayor capacidad técnica suelen pedir piezas importadas y/o monogramadas, incluso se dan situaciones donde el usuario final de esa pieza exige que sea de “afuera” y no de industria nacional. “No se ven muchas empresas argentinas que puedan costear esas certificaciones internacionales”, menciona.
En nuestra provincia lo relevante pasa por la exploración y explotación de los no convencionales que están en la formación Vaca Muerta, pero “esto pasó siempre, la industria de los hidrocarburos se va profesionalizando cada vez más”, aclara.
Destinos: mercadería desde China que sufre el Coronavirus
Estados Unidos, Canadá y China son los principales países para importar, en éste último caso, respecto de la epidemia que está generando el “coronavirus”, explica que “está complicado, sale mercadería pero no todas las fábricas están autorizadas a abrir, deben seguir un cronograma de fumigación dispuesto por el Estado chino, así que van autorizando o no a abrir e iniciar la fabricación, siempre que estén fumigadas”.
Ley “Vaca Muerta”: rumores de “freezer” y un aporte de Almacomex
El presidente Alberto Fernández podría o no cumplir con el compromiso asumido frente a las petroleras y mencionar en su discurso de inicio de sesiones los alcances del proyecto de ley para promocionar inversiones en el sector hidrocarburífero, y aquí encontramos un “detalle” que aporta la joven CEO.
“Hoy no se puede trabajar con 90 días, es un plazo muy corto con un margen de error casi nulo”, analiza. “Todas estas medidas pueden anularte y no poder seguir operando como importador hasta que regularices tu situación respecto a los plazos, esto genera una bola que puede en un mediano plazo tener efectos perjudiciales”, enfatiza.
Pensando en otros temas que podría incluir ese proyecto de Ley, entiende que “los plazos afectan también a la producción nacional, hay insumos que son utilizados para llegar a una pieza final, dejar caer una cadena productiva afecta su facturación, capacidad para generar empleo, su condición financiera”.
En el sector “petrolero” si persiste aún más esta problemática por faltante de equipamientos, las empresas demoran más sus plazos de producción, “se genera mala calidad en su trabajo, el servicio empieza a ser bajo y si sumamos una disminución en la actividad como está pasando ahora, puede ser de graves consecuencias”.