Es profesional de las Relaciones Internacionales, estudió en la UCC de Córdoba, allí también estuvo ligada a empresas del sector mientras terminaba su carrera (trabajó un año como pasante en el Consulado, en el sector de comercio exterior) pero al tiempo de ser “relacionista”, terminó ese vínculo laboral y entendió que necesitaba aprender más, y fue así como decidió formarse en la Tecnicatura Superior en Registros Aduaneros (ICA- Buenos Aires).
“Más allá de tener buenas chances de seguir creciendo en mi profesión debido a las empresas multinacionales con las cuales estuve trabajando, decidí volver a Neuquén porque sentí que acá podía desarrollarme aún más”, define ella confiada en el conocimiento que adquirió durante esos años.
Hoy a sus 30 años, y con un inglés perfecto, encara sus desafíos cotidianos con “sentimiento y creatividad, es fundamental la comunicación con el cliente, eso ayuda y mucho a generar nuevas relaciones, basadas en la confianza”. Es que en parte hay que saber que los tiempos en este rubro son esenciales, cada operación lleva una determinada cantidad de horas de espera, un “llenado” de formularios, en lo previo hay que pensar en un exhaustivo análisis de costos y lo que nadie puede obviar como destacado de su impronta empresarial: “quién habla con el proveedor y logra la mejor operación”.
Al momento de entrevistarla, compartimos unos minutos en su espacio de trabajo desde Malón Coworking. La charla amena se dio en una de las salas de reuniones del 4to piso del edificio Fidtech, ubicado en calle Independencia 596 de Neuquén Capital. Es habitual contactarla allí en Malón ya que integra con su empresa las tareas diarias de los “maloneros” que se concentran en el desarrollo de valientes startups, buscando conquistar nuevos territorios con innovación e ideas disruptivas.
Desde su escritorio logró relacionarse con proveedores de China (una fábrica ubicada en Shenzhen le envió un “container” repleto de sofás), además en el rubro hidrocarburos tomó contacto con empresas de los Estados Unidos, directamente en Texas generó la llegada de dos “enormes” arenadores para una importante empresa petrolera con operaciones en la cuenca neuquina. “Al comenzar me dí cuenta de lo ‘rudimentario’ de algunas operaciones y, que además no había un asesoramiento completo en el circuito, recayendo en firmas de Buenos Aires que acrecentaban y mucho los costos”, explica.
“Este sector no es solo despacho aduanero, hay que acompañar al cliente con un contacto fluido con el proveedor en el exterior”, indica, y agrega que “me involucro en un asesoramiento integral, mi idea siempre es desarrollar negocios a futuro, no solo terminar la relación al momento de concretar las importaciones, por ejemplo”. Con Almacomex acercó también distancias entre diferentes empresas locales y por ejemplo, Taiwán, España, Italia, India (Vietnam), Canadá y Reino Unido (UK).
Si hacemos una rápida enumeración de sus servicios, Almacomex (ver acá) tramita y registra a importadores/exportadores, realiza gestiones comerciales con proveedores del exterior, con una clasificación arancelaria de la mercadería, el análisis de costos y además sobre la operatividad de la compra (pre-compra). Incluso puede ofrecer “cash flow” sobre órdenes de compra al exterior, outsourcing de comercio exterior y otras gestiones bancarias al exterior, entre otras más.
Antes del cierre Jacqueline nos alecciona y afirma que “a veces el cliente por un no conocimiento de las operaciones termina pagando con tiempo y extracostos”, a saber por la anterior enumeración, bien notamos que su asesoramiento es verdaderamente “integral”.
Desde Villa Regina –para sectores frutícolas y vitivinícolas- hasta las geografías más “rústicas” donde se asientan las empresas petroleras que operan en la región, estas son las tareas semanales que marcan su año calendario de visitas “presenciales”, como un ítem trascendental para ella y para Almacomex.