Con una extensión de 250 hectáreas, esta zona extra aduanera ha sido concesionada a inversores privados por un periodo de 30 años, consolidándose como un centro neurálgico gracias a su acceso directo a un aeropuerto cercano y vías ferroviarias integradas. Según Fernando Montero, CEO de la Zona Franca Zapala, este espacio no solo facilita operaciones logísticas multimodales, sino que también ofrece significativos beneficios fiscales y tributarios a las empresas que se establecen allí.
Desde el punto de vista aduanero, la Zona Franca permite operar como si estuviera fuera del país, lo que implica exenciones impositivas cruciales para el comercio internacional. Empresas que deseen importar maquinaria o productos pueden hacerlo sin pagar derechos de nacionalización mientras permanezcan dentro de la zona. Además, bajo la ley provincial y municipal, se eliminan cargas impositivas como Ingresos Brutos y tasas municipales para las firmas que operan allí.
La infraestructura inicial de 25 hectáreas ya operativas incluye amplios galpones, áreas de almacenamiento especializadas y una red de servicios avanzados como fibra óptica y telecomunicaciones, lo cual posiciona a la Zona Franca como un entorno ideal para la manufactura y el procesamiento industrial.
Con proyecciones de convertirse en un hub económico clave para la región, la Zona Franca de Zapala no solo promueve la creación de empleo local y el desarrollo de cadenas de suministro regionales, sino que también revitaliza infraestructuras como el aeropuerto de Zapala y fortalece la conexión ferroviaria hacia centros logísticos importantes como Bahía Blanca y Buenos Aires.
La Zona Franca de Zapala emerge como un catalizador económico vital para Neuquén, integrando eficiencia logística, incentivos fiscales y desarrollo infraestructural en un contexto de creciente interés por parte de inversionistas y empresas locales e internacionales.
La Zona Franca de Zapala, inaugurada hace apenas un mes, representa un hito significativo para la economía de Neuquén al situarse estratégicamente en el corredor bioceánico que conecta dos grandes océanos. Este enclave no solo facilita el comercio internacional sin las barreras aduaneras habituales, sino que también ofrece un entorno propicio para la inversión y la innovación. Con una extensión inicial de 25 hectáreas ya operativas y planes de expansión a lo largo de 250 hectáreas, la zona se presenta como un motor de desarrollo industrial y logístico para la región, promoviendo la instalación de empresas que buscan aprovechar sus beneficios fiscales y la infraestructura avanzada disponible.
La concesión a inversores privados por 30 años refleja una apuesta a largo plazo por el crecimiento económico y la creación de empleo local. La exención de impuestos como Ingresos Brutos y las tasas municipales dentro de la Zona Franca no solo atraen a empresas, sino que también estimulan la colaboración entre el sector público y privado para optimizar el uso de recursos y servicios. Este modelo de desarrollo, respaldado por la Ley de Economía del Conocimiento y otros incentivos, posiciona a Zapala como un centro de innovación y producción sostenible en la región patagónica.
Además de su impacto económico directo, la Zona Franca de Zapala revitaliza infraestructuras subutilizadas como el aeropuerto local, ahora destinado a convertirse en un nodo clave para el transporte de carga y logística avanzada. La integración con redes ferroviarias también fortalece la conectividad regional, facilitando el acceso a mercados nacionales e internacionales de manera eficiente y sostenible. En este contexto, el potencial de la Zona Franca de Zapala para catalizar el desarrollo económico y social en Neuquén es evidente, marcando un antes y un después en la transformación regional hacia una economía más dinámica y competitiva.
La Zona Franca de Zapala, un impulso estratégico para Neuquén
Desde hace poco más de un mes, la Zona Franca de Zapala se ha erigido como un pilar fundamental para el desarrollo económico en la región central de Neuquén. Ubicada estratégicamente en el corredor bioceánico que conecta el Atlántico con el Pacífico, este enclave industrial ha captado la atención de numerosas empresas interesadas en aprovechar su potencial logístico y fiscal.