"El gasoducto nos permitirá mejorar la balanza comercial del país y aumentar la producción de Vaca Muerta, lo que significa más trabajo para todos los argentinos, tanto en las áreas como en la cadena de valor industrial", afirmó Lopetegui sobre el proyecto, que si bien ya había sido anunciado quedaba todavía que la obra saliera a licitación.
Con la publicación de la resolución, ahora se conoce que se trata de una de obra con una extensión de 1.010 kilómetros, para lograr el tercer gasoducto del país que unirá la cuenca neuquina con Buenos Aires.
Tan sólo la construcción de la primera de las dos etapas del gasoducto -que deberá estar concluida en el invierno de 2021- permitirá aumentar la capacidad de evacuación del gas producido en Vaca Muerta 15 millones de m3 diarios, y reemplazar importaciones de Gas Natural Licuado (GNL) y combustibles líquidos por US$ 240 millones.
Es que los tres gasoductos que movilizan el gas natural desde la Cuenca Neuquina -Neuba I, Neuba II y Centro Oeste- se encuentran saturados en su capacidad de transporte. Frente a esta situación, a pesar del fuerte incremento de la producción nacional de gas natural en la Cuenca Neuquina, existe demanda insatisfecha en esos centros de consumo que obligan a importar GNL para satisfacerla.
La producción de Vaca Muerta viene creciendo de manera sostenida durante los últimos dos años, y en los últimos 12 meses la producción de shale gas se duplicó, lo que permitió que, en mayo, la producción total de gas del país creció 7,6% con respecto al mismo mes del año anterior y resultó la más alta desde julio de 2009.
Además de sustituir importaciones, el aumento de la producción permitió retomar las exportaciones a Chile (por el momento con contratos interrumpibles) que habían sido suspendidas en 2007 por la caída de la producción.
Por ese motivo, se espera que se realice una inversión total de US$ 2.000 millones para esta obra, donde los primeros US$ 1.200 millones se estipula que sean por el tramo inicial.