La estrategia se enmarca en una política de desarrollo económico impulsada por el gobierno neuquino, que busca no solo potenciar la producción, sino también fomentar una economía circular. Según explicó el ministro Guillermo Koenig, la clave es que “los recursos de los neuquinos vuelvan a los neuquinos, en este caso a quienes producen”, en línea con los lineamientos del gobernador Rolando Figueroa.
Días atrás, un nuevo cargamento de chivitos partió rumbo a diversas localidades rionegrinas como Choele Choel, Río Colorado, Viedma, San Antonio Oeste y Sierra Grande. También se envió mercadería a Carmen de Patagones, en el sur bonaerense, y se estudia la posibilidad de expandirse a Trelew y Puerto Madryn, en Chubut.
La operatoria es llevada adelante a través de la Corporación para el Desarrollo de la Cuenca del Curi Leuvú (Cordecc), bajo la coordinación de su titular, Martín Quesada. Esta entidad viene trabajando para que la producción caprina del norte neuquino se transforme en una actividad rentable y sostenida en el tiempo.
Uno de los ejes de la propuesta es asegurar mayores canales de venta para los crianceros, quienes muchas veces enfrentan dificultades para colocar su producción en el mercado formal. A través de estos acuerdos, se busca generar una red de comercialización más estable, abarcando supermercados y carnicerías de todo el país.
Los animales provienen de la Cordillera del Viento, y son criados de forma natural, sin suplementos ni alimentación artificial. Se alimentan exclusivamente de pasto nativo y agua de vertientes, lo que convierte a la carne de chivito neuquino en un producto premium, con características distintivas de origen.
Cabe destacar que este producto cuenta con la primera denominación de origen otorgada tanto a nivel nacional como provincial, lo que certifica su calidad y origen. Esto le otorga un valor agregado clave al momento de competir en góndolas nacionales.
Desde la cartera económica también se destacó el acompañamiento financiero para los productores. A través de herramientas de crédito, se apunta a sostener el crecimiento de los crianceros y facilitar las inversiones necesarias para aumentar su capacidad productiva.
La primera experiencia de venta se había realizado en supermercados y carnicerías de la ciudad de Neuquén. La Anónima, Cooperativa Obrera, Mercado de Carne y MUCA fueron los primeros en ofrecer el producto a los consumidores locales, con resultados positivos en cuanto a aceptación y demanda.
Ahora, con la expansión a nuevas provincias, se abre un panorama alentador para consolidar a los crianceros como proveedores regulares de grandes cadenas. Esto representa un salto cualitativo en términos de volumen, logística y posicionamiento comercial.
En ese sentido, el trabajo articulado entre el ministerio, Cordecc y las cadenas de comercialización permitió duplicar la faena respecto de años anteriores. Esta mayor demanda se traduce en más ingresos para las familias productoras del norte neuquino.
El caso de los chivitos neuquinos es una muestra de cómo la producción local puede insertarse con éxito en el mercado nacional, combinando tradición, calidad y políticas públicas activas. El desafío ahora es sostener ese crecimiento y alcanzar nuevos destinos.