El jueves 7 de noviembre la petrolera de mayoría estatal YPF informó a la Comisión Nacional de Valores los resultados del cierre de su tercer trimestre, con cifras que alcanzaron los $ 12.543 millones de pesos de pérdida.
El resultado no obedeció tanto al congelamiento de los precios de las naftas (que afectó sus ingresos durante agosto y parte de septiembre), sino, como se fue dando a conocer en los últimos días, al cómputo del deterioro de activos correspondientes a los bienes de capital de la producción gasífera. Una cifra de $ 31.072 millones.
“Este resultado había sido también negativo por $ 2.327 millones en el segundo trimestre y positivo en el primero con $ 13.207 millones. Con lo cual, en los primeros nueve meses del año la petrolera tuvo pérdidas netas por $ 23.023 millones”, precisaron desde la compañía al respecto.
Pese a estos números, la empresa no redujo su nivel de inversión durante el trimestre, sino que lo incrementó un 50,7% interanual hasta alcanzar los $ 41.038 millones. Entre enero y septiembre, YPF desembolsó un total de $ 111.496 millones, un 81,5% más que en igual período de 2018. Además, dejó previsiones para invertir $ 44.255 millones adicionales en los meses siguientes y reservó $ 2.500 para el pago de futuros dividendos.
Es que la petrolera mantuvo lo que se considera como una “buena” racha de producción de hidrocarburos en este tiempo. Como indicaron desde el espacio, el "tercer trimestre de 2019 se mantuvo estable alcanzando los 530,0 Kbped, en comparación al tercer trimestre de 2018, todo ello a pesar de la disminución de la producción que afectó durante 2019 como consecuencia de la disposición de ciertos activos que representan aproximadamente 2,4 Kbped”.
Y además, agregaron que "El promedio de crudo procesado del tercer trimestre de 2019 alcanzó los 287,4 Kbbld, un 2,6% superior al tercer trimestre de 2018, siendo el promedio de utilización de las refinerías para el tercer trimestre del 2019 del 89,9%". Por lo que los números, por lo menos a la fecha, hacen de una especie de balanza que mantiene estable sus arcas pese al claro deterioro de su situación.