En base a la producción propia elaboran sus vinos desde el 2011, pero hace tres años que están comercializando. Tienen plantadas dos varietales: malbec y pinot noir. Y a partir de este año han incorporado Cabernet Franc, de manera que sus próximos vinos tendrán el sabor de esta noble uva.
Comparten todos los días un emprendimiento que crece en la medida que pueden apostar a más, respecto al tiempo de trabajo, como a esta nueva etapa de comercialización que han conseguido junto a otros elaboradores más el apoyo del Centro PyME y su nueva estrategia conocida como “Notas de Vino”.
Dentro de la hectárea plantada, y con la profesional colaboración de Sebastián Landerreche, un ingeniero agrónomo que capacita dentro del Programa de Desarrollo Vitivinícola neuquino.
“Las labores las hacemos nosotros, este año hemos podido elaborar 2.500 litros de vino, nos repartimos los tiempos tanto en el campo como en la pequeña bodega que tenemos”, explica la emprendedora.
Cuando pudieron comprar la propiedad en la cual se establece “Puerta Oeste”, primero buscaron asesoramiento en el INTA, “porque no sabíamos bien qué plantar, de allí nos vincularon al Centro PyME para que finalmente nos decidiéramos, luego de estas conversaciones con ellos, por empezar a elaborar vinos” indica Viviana, quien además nos cuenta que sumaron en sus tierras la producción de nogales y almendras.
Todo esfuerzo tiene su recompensa, y en palabras de Goldstein “el año pasado obtuvimos dos premios por nuestros vinos artesanales y este año, desde Lavalle en Mendoza, nos dieron un reconocimiento al racimo de plata por nuestro corte malbec roble y nuestro pinot noir, de su segunda vendimia obtuvo un alto puntaje”.
Puerta Oeste refiere a la ubicación de la localidad de Senillosa, para sus elaboradores esa entrada a la Patagonia tiene tanta significación como para denominarlo así.
“Pronto vamos a salir con un reserva, pero les dejo la incógnita de cómo se llamará”, como invitándonos en el final a su futura presentación.
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