La compañía siguió con la ejecución de su plan de inversiones con foco en el crecimiento de la producción de gas y petróleo en Vaca Muerta. Por tal motivo, YPF volvió a mejorar su rentabilidad y a incrementar su producción en el segundo trimestre del año.
La compañía bajo control estatal obtuvo un EBITDA (ganancias antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización) de US$ 1.084 millones, un 41% superior respecto del primer trimestre de 2021 y US$ 100 millones más que en el mismo período de 2019 pre-pandemia.
Durante el lapso abril-junio se invirtieron US$ 580 millones, con un crecimiento de la producción de hidrocarburos del 6% respecto del trimestre anterior y un 6% adicional en julio. La producción total fue de 490.000 barriles equivalentes por día. En particular, la producción no convencional proveniente de la formación Vaca Muerta tuvo un crecimiento del 22%.
La producción de gas no convencional en áreas operadas por la compañía mostró un impactante crecimiento del 48%, lo que permitió superar ampliamente los ambiciosos objetivos de abastecimiento contraídos en el marco del Plan Gas.
Por el lado del Downstream (refinación y comercialización de combustibles), la demanda local de los principales productos refinados tuvo un comportamiento mixto. Mientras el consumo de naftas cayó un 17% respecto del trimestre anterior como consecuencia de la reintroducción de restricciones a la movilidad de las personas hacia fines de abril y durante mayo, la demanda de gasoil creció un 7% impulsada principalmente por el sector agropecuario y las usinas eléctricas.
Sin embargo, en julio se observó un fuerte repunte en la demanda de naftas que se ubicó solo un 7% por debajo de los volúmenes pre-pandemia.
Por último, el flujo de caja libre (free cash flow) terminó de forma positiva, lo que le permitió a la compañía reducir aún más los niveles de deuda neta, que disminuyó en US$ 253 millones al final del trimestre, con una reducción de US$ 600 millones en los primeros seis meses del año.
El shale de Vaca Muerta es uno de los pilares del repunte de los números de la petrolera estatal, gracias a la mejora en los precios internacionales del crudo y los incentivos oficiales del Plan Gas, que garantizan un precio promedio anual de US$ 3,66 por millón de BTU para la inyección destinada a abastecer a los usuarios residenciales (a través de las distribuidoras) y a las generadores termoeléctricas (mediante Cammesa).
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