Anita manifestó que “empezamos en el año 1966 con un cotillón muy chiquito, al año siguiente con la librería y nos trasladamos a Primeros Pobladores, donde actualmente está Camuzzi. Luego vinimos para ésta zona (calle San Martín) porque ya vivíamos acá e hicimos el local propio”. La ex maestra de la Escuela Primaria 109 comentó que “acá hace muchísimos años ya que estamos, estábamos de aquel lado (ingreso más cercano a calle Marcial Bravo) y después ampliamos porque nos quedó chico; porque es tan diverso el rubro de la librería, tiene tantas cosas que tuvimos que ampliar un poco”.
Indicó que “fue difícil sin capital previo, se fue haciendo con mucho sacrificio. Tanto mi marido como yo hemos ejercido la docencia simultáneamente. Cuando él iba a la escuela, atendía yo con algún empleado y viceversa. Mi marido fue profesor fundador del CPEM 1, estuvo unos años, después trabajó en primaria, en secundaria, nos íbamos *turnando”.
“Cuando nosotros comenzamos la librería no existía el barrio Sarmiento, era el pueblo y las chacras nomás, y Vista Alegre que dependía también de Centenario”, recordó y agregó: “ha crecido tanto Centenario, no se puede imaginar uno como en tan poco tiempo ha crecido”.
Señaló que “antes se usaba la cartera, pero después habían empezado a usarse las mochilas y cuadernos” y aportó que “antes era más sencillo, no existía tanta oferta como actualmente que sí, están todos los personajes, toda la oferta que es muy grande y que uno tiene que estar actualizado también porque sino no mantenes tu clientela”.
“La librería primero estuvo a nombre de mi marido y después la tomé yo, cuando yo me jubilé, a nombre mío, actualmente está mi hijo como titular de la librería; pero siempre fue un emprendimiento familiar”, remarcó. Además, relató que “primero vinieron los padres, que ahora ya son abuelos, después los hijos y ahora los nietos. 56 años lleva la librería, en tanto tiempo, te imaginas que han pasado generaciones”.
Anita sostuvo que “ser parte de los 100 años para mi es muy importante” y apuntó que “hay que ponerse una meta y no desviarse de esa meta que uno se pone, para lograr lo que uno desea”.
Describió que “la librería comenzó muy chiquitita: simplemente con cotillón, pero incorporamos juguetería que después la dejamos, y luego a la librería común se le anexó mucho artística, la gente se ha volcado mucho, yo creo que también como terapia. En este momento de tanto bullicio la gente busca una forma de escape y lo artístico es muy valedero”.
También habló su hijo y actual titular de la firma, Jorge Ubaldini, dijo que “es una responsabilidad, hace muchos años que estoy en la librería, titular estoy desde el 2004, pero mucho antes yo empecé a trabajar, tenía doble trabajo, trabajaba en forma particular y al mediodía me venía a ayudar acá, hasta que después me fui haciendo cargo de la librería”. También agregó: “probé, me fui enganchando, me fui interiorizando, agarré viaje, seguí en esto y acá estamos. Hay épocas difíciles, la pandemia fue una de éstas, anteriores también, pero todo pasa, si uno le pone voluntad y sacrificio todo pasa y hay que seguir para adelante”.
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