Rolando Figueroa marca un hito en transparencia presupuestaria

Figueroa aseguró que, por primera vez, se presentó un presupuesto con cada inversión pública detallada de manera clara y precisa, permitiendo que los ciudadanos, intendentes y empleados estatales tengan una comprensión completa de cómo se gestionarán los recursos provinciales. “Es la primera vez en la historia, y no sé si alguna otra provincia lo ha logrado, que presentamos un presupuesto con cada inversión pública claramente definida”, destacó el gobernador en conferencia de prensa.

El presupuesto 2025, que será superavitario, prevé ingresos por 5,8 billones de pesos y un gasto de 4,4 billones, con una asignación de un billón de pesos específicamente para obras públicas. Este proyecto no solo incluye la pauta salarial aceptada por los cuatro gremios que agrupan a los trabajadores del Estado neuquino, sino también un ajuste trimestral de salarios por inflación ponderada. Esta medida busca asegurar que los salarios mantengan su poder adquisitivo en un contexto económico inflacionario.

El mandatario resaltó que esta nueva proyección presupuestaria representa una verdadera “ley de leyes”, proporcionando una hoja de ruta clara sobre el destino de los recursos públicos. La transparencia que caracteriza el documento ha sido un componente clave de la reforma fiscal en curso, orientada a mejorar la eficiencia del gasto público. Figueroa señaló que gracias a esta planificación, todos los actores sociales, incluidos los empleados públicos, saben con precisión cuánto recibirán y qué proyectos se ejecutarán durante el año próximo.

La consolidación de un manejo financiero eficiente también permitió que la provincia termine el año con un superávit de 500 millones de dólares, una cifra que contrasta fuertemente con el déficit de 1.100 millones de dólares que se preveía inicialmente. Figueroa explicó que este superávit es fruto de un incremento en los ingresos y una significativa reducción del gasto público, lo que permitió al gobierno provincial pagar su deuda y evitar una crisis financiera que podría haber comprometido incluso el pago de salarios a los trabajadores del sector público.

Con miras al próximo año, las proyecciones son aún más optimistas, con un superávit de 1.000 millones de dólares para 2025, que será destinado íntegramente a la obra pública. “El neuquino debe saber que estos recursos ya no se perderán en gastos innecesarios”, concluyó Figueroa, enfatizando que la transparencia y eficiencia son pilares de la nueva etapa financiera que atraviesa la provincia.

Este enfoque renovado sobre el presupuesto no solo busca optimizar la gestión de los recursos, sino también consolidar la confianza de la sociedad en la administración provincial, cuyo compromiso con la transparencia y el buen uso de los fondos públicos es ahora más claro que nunca.

La inclusión de una pauta salarial acordada con los gremios que representan a los trabajadores del Estado neuquino es otro de los aspectos destacados de este presupuesto. El ajuste trimestral por inflación ponderada busca ofrecer una respuesta directa a las fluctuaciones del costo de vida, garantizando que los salarios de los empleados públicos se mantengan acorde con la realidad económica. Esta medida refleja la intención del gobierno de ser proactivo frente a la inflación, una preocupación constante para los sectores públicos y privados, y que también se alinea con el compromiso del Ejecutivo de mejorar las condiciones laborales de los trabajadores estatales. De este modo, el presupuesto 2025 no solo cubre necesidades estructurales, sino que también se orienta a generar estabilidad económica para los ciudadanos.

Por otro lado, la asignación de recursos para la obra pública se perfila como un motor clave para el desarrollo de la provincia. Con la proyección de destinar un superávit de 1.000 millones de dólares a la infraestructura, se busca transformar el panorama de obras en Neuquén, generando empleo y mejorando la calidad de vida de los habitantes. Figueroa aseguró que este tipo de inversiones contribuirá a consolidar el crecimiento económico de la región, impulsando proyectos de gran envergadura que beneficiarán a las comunidades más necesitadas. Este enfoque hacia la infraestructura no solo responde a las demandas actuales de la población, sino que también marca un camino hacia el futuro, poniendo a Neuquén en una posición más competitiva a nivel nacional.