La incertidumbre electoral afectó a los depósitos en pesos a plazo fijo. A pocos días de los comicios, el stock exhibe una importante caída nominal y real, ya que muchos inversores y ahorristas decidieron no suscribir o renovar las colocaciones y buscaron cobertura en otro tipo de instrumentos que ofrece el mercado financiero, como la divisa estadounidense.
Los registros oficiales exhiben que hasta al cierre de la semana pasada, a sólo cuatro días hábiles para que se lleven a cabo las elecciones presidenciales, el total de los depósitos en pesos a plazo fijo tradicional constituidos por el sector privado ascendía a $ 13,09 billones.
La cifra representa una caída nominal de 5% en comparación con el total que registraba a principios del mes. Pero la baja es mucho más profunda en términos reales, teniendo en cuenta los altos niveles de inflación por los que atraviesa la economía argentina, que según proyecciones privadas en octubre rondaría el 10% mensual.
El declive se observa claramente después las PASO, en medio de la escalada de los dólares paralelos. En la semana siguiente a esos comicios, el stock de depósitos a plazo se situaba apenas por encima de $ 13 billones, casi en los mismos niveles actuales, lo que implica una importante caída real teniendo en cuenta la inflación acumulada en estos dos meses.
La baja real en las colocaciones se acentuó a partir del 20 de septiembre. Esa era la última jornada hábil para que los ahorristas e inversores suscribieran o renovaran estos instrumentos por 30 días, que es el período mínimo permitido, y se liberara hoy, día hábil previo a las elecciones generales.
El riesgo de pérdida que implica mantener pesos inmovilizados en estos momentos también impactó en los depósitos a plazo fijo UVA. A pesar de que ajustan por inflación y garantizan no perder contra la disparada generalizada de los precios, los ahorristas prefieren alejarse de estos instrumentos porque el tiempo mínimo de colocación es de 90 días.
Matías De Luca, analista de LCG, afirma que, por un lado, los movimientos corresponden a la "clásica dolarización" previa a las elecciones. Muchos de los inversores que se mantuvieron durante gran parte del año con estos instrumentos, previo a los comicios se pasaron a dólares para estar más seguros y luego ver cómo continúa el mercado.
Por otro lado, sostiene De Luca, también influyó el bajo rendimiento real de estos instrumentos, que estuvieron perdiendo contra la inflación. Tras conocerse el dato del 12,7% mensual que marcó el Índice de Precios al Consumidor en septiembre, el Banco Central subió las tasas, pero en "medio de la incertidumbre política la medida es poco atractiva".
Hacia adelante, la clave será el resultado electoral. La incertidumbre del mercado sigue siendo muy elevada. Todo va a depender de lo que ocurra este domingo en los comicios y las declaraciones que realicen los ganadores, lo cual va a moldear las expectativas, de acuerdo con Andrés Reschini, analista de F2 Soluciones Financieras.
El economista Gustavo Ber coincide en que mientras se mantenga la gran incertidumbre política y económica en el mercado podría continuar la rotación de carteras en pesos hacia alternativas con plazos más cortos, con los Fondos Comunes de Inversión (FCI) Money Market, en busca de privilegiar la liquidez en un contexto muy delicado.
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