El Valle Inferior, gracias a sus condiciones agroecológicas privilegiadas y a la disponibilidad de riego asegurado por el IDEVI (Instituto de Desarrollo del Valle Inferior), se ha transformado en un escenario óptimo para el desarrollo de este cultivo. La conjunción entre ambiente favorable, tecnología y financiamiento apunta a consolidar un modelo productivo sostenible y competitivo.
Uno de los pilares de este avance es el apoyo del Estado provincial. A través del Ministerio de Desarrollo Económico y Productivo, en articulación con el Consejo Federal de Inversiones (CFI), se ha puesto en marcha un sistema de leasing que permite a los productores acceder a maquinaria especializada.
Gracias a esta herramienta financiera, se adquirieron tres cosechadoras y una podadora de discos de origen italiano, equipos fundamentales para mejorar la eficiencia del proceso de cosecha y el manejo general del cultivo. Esta inversión representa un salto de calidad en términos de productividad y competitividad.
La incorporación de maquinaria de última generación permite optimizar labores esenciales como la poda de producción, el fertirriego y la aplicación de bioestimulantes y antiestresantes foliares. Estas prácticas son claves para mejorar los rendimientos y garantizar la calidad del fruto, aspectos determinantes para insertarse con fuerza en los mercados internacionales.
En el marco de este desarrollo, se llevó a cabo una jornada teórico-práctica sobre poda, formación y estrategias productivas. El evento, realizado en la Estación Experimental del IDEVI, contó con la disertación del especialista chileno Andrés Reyes, referente en el cultivo de avellanas, y la participación de técnicos del INTA.
Durante la jornada se abordaron técnicas modernas de manejo, se intercambiaron experiencias y se reforzó la capacitación de los productores locales, en línea con los estándares de calidad internacionales. Estas instancias de formación técnica son fundamentales para consolidar una red productiva eficiente y profesionalizada.
El interés creciente de nuevos productores por sumarse a la actividad refleja el dinamismo del sector. La avellana, considerada un cultivo de alta rentabilidad a mediano plazo, se presenta como una alternativa atractiva frente a modelos tradicionales, en un contexto de cambio y diversificación en la matriz productiva regional.
A nivel global, la demanda de avellanas sigue en aumento, y aún no está completamente satisfecha. Este contexto abre una ventana de oportunidades para que Río Negro no solo abastezca el mercado interno, sino que también se proyecte con fuerza hacia el comercio exterior, aprovechando ventajas comparativas como la contraestación y la sanidad vegetal.
Con un plan de inversión sostenida, acompañamiento técnico y acceso al financiamiento, la provincia construye un ecosistema propicio para el desarrollo del cultivo. Esta estrategia se inscribe dentro de una política más amplia de impulso a las economías regionales, donde el valor agregado y la tecnología son componentes centrales.
El rol del Estado como facilitador del crecimiento productivo se vuelve clave en este proceso. La articulación entre organismos públicos, productores y entidades de investigación demuestra que la cooperación es un camino eficaz para generar transformaciones estructurales en el sector agropecuario.
El caso de las avellanas en el Valle Inferior es una muestra concreta de cómo una política pública bien orientada puede generar impactos positivos en el territorio, creando empleo, promoviendo inversiones y fortaleciendo la identidad productiva local.
Río Negro, con visión estratégica y compromiso con el desarrollo sustentable, avanza hacia un futuro donde la avellana no solo sea un producto agrícola, sino también un símbolo del potencial regional y de la capacidad de innovación del campo argentino.
Río Negro apuesta al desarrollo de avellanas con inversión tecnológica y proyección internacional
Río Negro se posiciona como líder indiscutido en la producción de avellanas en Argentina, con más del 95% de la producción nacional concentrada en el Valle Inferior y una superficie implantada que supera las 700 hectáreas. Este crecimiento sostenido no solo marca un rumbo claro para la diversificación productiva provincial, sino que también refuerza el papel estratégico del sector agroindustrial en la economía rionegrina.