Después de haberse recibido como ingeniero en alimentos, apostó a algo nuevo: trabajar para una entidad privada. Salió al mercado como un recién egresado, sin conocimientos previos y empezó en la industria del arándano en Concordia, en la parte de control de calidad y empaque.
“Estuve un corto tiempo. Después, un empresario neuquino me ofreció empezar mi formación en el rubro gastronómico de los yacimientos petroleros, dándole de comer a los trabajadores. Son ocho yacimientos en ocho ciudades diferentes. Los yacimientos tienen nombres, son particulares como Loma La Yegua, Loma La Lata, Cierra Barrosa, y están ubicados en desiertos donde se montan todos los comedores en tráileres y se les da de comer a los trabajadores. En este caso, yo era el encargado de manejar todos esos comedores. Recorría cada uno de ellos todos los días”, relató Juan Ruiz Díaz.
Luego de dedicarse más de tres años y medio al rubro gastronómico en los yacimientos, se animó a ir un poco más allá, y así nació el restó ‘Juana's Bar’, que además fabrica su propia cerveza artesanal, con una tirada de cinco mil litros por mes en temporada alta.
“Me considero un emprendedor nato. Cuando me vine a Neuquén, trabajé muchos años en yacimientos petroleros, cocinando en los comedores, aprendí mucho. Pero un día renuncié, me compre una camioneta y realice delivery de pizzas, hasta que un día aposté y abrí 'Juana's Bar'”, relató el joven emprendedor que el pasado 16 de Agosto cumplió 37 años.
En Concordia ingeniero, en la Patagonia emprendedor
“Si pasaba algo o no rendía la empresa yo me ponía mal porque lo tomaba como algo personal; si bien no era mío yo lo tomaba como tal. Entonces pensé que si funcionaba para ellos, tendría que funcionar esto también para mí, por lo que fue entonces que tomé la decisión de emprender algo propio”, comenzó relatando Ruíz Díaz.
Luego, agregó: “Fue como lanzarme al vacío y cumplir mi sueño de tener un emprendimiento que me de ganancias, es decir, trabajar para mí mismo porque ese había sido mi sueño durante mucho tiempo. Así que aposté a la parte gastronómica porque era lo que más conocía en ese momento, tomando los tres años de experiencia en la empresa”.
En el momento que decidió convertirse en un emprendedor, surgió la idea de Juana’s, un restaurante de cuarenta cubiertos. Sin embargo, aseguró que no fue tan sencillo: “Al principio fue duro, teníamos que improvisar otras cosas para aguantar el negocio, como preparar viandas, hacer eventos, coffee break y distintos servicios que se requerían en Neuquén”.
Sin embargo, luego de un tiempo, el negocio empezó a marchar sobre ruedas, sobre todo a la noche, por esa razón apostaron a más. “Al año de esto, empezamos a fabricar nuestra propia cerveza artesanal que se llama ‘Las siete colinas’, con una tirada de cinco mil litros por mes en temporada alta”.
Juan tiene como objetivo que en un futuro no lejano, ‘Juana’s' sea franquiciable y se transforme en un producto para vender a un posible inversor y que sea llave en mano, lo que sería el objetivo final del proyecto.