Para Neuquén, por su parte, Vaca Muerta representará una expansión mínima de 2,6% anual y 41,2% en doce años. Para realizar estas proyecciones, el estudio "Desarrollo de Vaca Muerta: Impacto Económico Agregado y Sectorial" cruzó distintos escenarios y modelos de simulación, y en la hipótesis más optimista consideró un crecimiento anual del PIB nacional de 0,62%, lo que implica un 8,4% acumulado al 2030 impulsado por esta mejora.
Si esta última situación se verificara, la producción de Vaca Muerta por sí sola le daría a Neuquén un 5% de expansión económica cada año, hasta casi duplicar (90% acumulado hacia 2030) su producto bruto regional.
El documento -recientemente elaborado- lleva las rúbricas de dos funcionarios de la Secretaría de Coordinación de Planeamiento Energético, Leonardo Mastronardi y Juan Pablo Vila Martínez; y de Carlos Romero, de la Secretaría de Transformación Productiva.
La simulación de máxima se respalda en un Modelo de Multiplicadores de Insumo Producto (MMIP), que "permite lograr un análisis más amplio y detallado de los efectos de una política determinada, no sólo sobre los sectores a los cuales afecta directamente, sino también sobre aquellos que podrían beneficiarse o perjudicarse de manera indirecta".
Los autores del estudio destacan que el modelo de insumo producto interregional revela las interacciones que se producen más allá del territorio neuquino. Se consideran así, por un lado, los aportes de los sectores productivos, y por otro, el gasto de los hogares y la incidencia extra del gasto público, por su efecto multiplicador derivado de la mayor recaudación impositiva.
En los resultados de la simulación de mínima, los ingresos del gobierno de Neuquén aumentarían en torno al 0,7% anual, como consecuencia de la mayor actividad y la recaudación vía regalías, mientras que para el gobierno consolidado del resto del país los ingresos totales se incrementarían en casi 0,4% cada año.