Esta joven profesional de las “conversaciones”, y todo lo que contó a InNeuquén son de algún modo el retrato ejemplar de porqué esta disciplina –a nivel local- todavía necesita de estas entrevistas para clarificar servicios y diferenciar ciertos “bla, bla”, en los cuales injustamente caen algunos “coaches”. “Hoy el coaching está de moda, todo el mundo quiere ser coach, todo el mundo quiere tener un coach”, empieza por analizar respecto de esta idea.
Pero primero les proponemos una corta historia de su vida, porque ella viene de un amor profundo por la danza y sus todavía expresiones artísticas, con un breve intento en kinesiología y algunas materias en medicina. Ella recuerda cuando como secretaria administrativa se desempeñaba en el gimnasio Palo Blanco y allí recibió algunas preguntas que le impactaban porque si bien venían de su jefe –que estudiaba coaching- aun no comprendía la significación y lo “raro” de las mismas, pero sentía íntimamente que su desarrollo profesional estaba cerca de esos interrogantes.
Fue finalmente un buen tiempo de retrospectiva que pasó junto a su familia en Comodoro Rivadavia, para que, decidida a investigar más sobre profesión y, ya con un año de residencia en Buenos Aires, es que comenzó a estudiarla. “Creo que estaba enamorada de esta carrera desde antes de empezarla”, revela Zerahia, hoy coach ontológica profesional con una diplomatura en gestión de equipos y liderazgo de la Universidad de Barcelona, se formó en PNL, además de su otra especialización como coach ejecutiva (ver acá).
En tiempos modernos “nadie nos dice como llevar adelante nuestros propósitos, bueno, el coaching vino para ayudar a lograr lo que las personas y las organizaciones dicen que quieren”, diferenciándose claramente de una acción de consultoría, asesoría o bien de una mentoría. Hoy las encuestas de diferentes empresas preguntan en una sola dirección, y todas tienen que ver con el “clima” actual y la calidad del servicio que prestan, esas mediciones, para Zerahia tienen una respuesta: “los resultados son directamente proporcionales a la calidad de las relaciones”.
“Si yo no tengo buenas relaciones, no voy a tener buenos resultados”, explica sobre esa idea. El coaching a su criterio es un “acompañamiento” para poder “empoderarte y así logres tus metas”, indica. Ella trabaja sobre el “mundo de las conversaciones”, que en otro análisis explica que “ellas nos alejan o nos acercan a los objetivos que queremos lograr, mi ayuda está ahí y además te lo muestro con indicadores”, sumando criterio a sus servicios.
Utiliza otro ejemplo para ser precisa al intentar explicar su rol como coach, y allí menciona la no presencia de Marcelo Gallardo en la reciente “superfinal” de la Libertadores, partido en el cual ese rol técnico no estuvo presente en cancha pero su equipo cumplió con el objetivo y doblegó a su rival para alzarse con la ansiada copa.
En el coaching –dice- se trabaja con una brecha que marca la distancia entre la situación actual y la deseada, “me planteo que es lo que quiero lograr, miro como estoy hoy y ahí trazo”, menciona. “Los pasos los tengo que ir dando en base a lo que quiero lograr, y no a como estoy hoy”, agrega quien este año logró obtener su acreditación internacional.
En el Alto Valle para Zerahia esta disciplina “está de moda”, entiende que existe un mercado en los mandos ejecutivos y jerárquicos de la región pero “todavía hay que crear la necesidad por un lado y por otro mostrar la efectividad, yo creo que la ética profesional es lo que nos distingue del resto, es lo más importante”, señala. Se sustenta en el hecho de poder mostrar sus indicadores y documentar toda esa tarea. “Mis clientes pueden ver su evolución”, afirma.
En su trayectoria logró impactos positivos en la consolidación de equipos, sobre todo al inicio de su carrera se vinculó a lo deportivo, “logrando acciones disruptivas, jugando, pudimos sacar lo mejor”, recuerda. Actualmente sus tiempos laborales se distribuyen en el coaching a empresas locales, sectores de recursos humanos, agencias de publicidad, dueños y mandos medios gerenciales, también está en el sector salud, pymes que prestan servicios a las grandes petroleras y a los profesionales de las ciencias económicas.
Zerahia siempre está en una situación investigativa, cree que hay que seguir “buscando nuevos profesionales de acá, porque acá hay recursos válidos”, mientras espera con esmero que en el 2019 logre un posicionamiento relevante gracias a la apertura de la filial local de Liderarte, una firma con sede en Buenos Aires pero fundada en México, que sumará respaldo, experiencia y otras aptitudes a los servicios de coaching profesional para un mercado regional todavía descreído (aunque creemos que en menor consideración, luego de la lectura de esta nota).
“En el coaching encontré mi propósito, aprendí a sacar lo mejor de las personas y de las organizaciones”, reflexiona en la parte final de esta agradable conversación que mantuvimos en Malón coworking (conoció el espacio por un amigo que se lo recomendó, “me encantó!”, dijo), donde está su agenda y puesto laboral diario.
Aún cree que a nivel local “hay nuevas posibilidades por conocer, poder abrir la cabeza para cambiar y no quedar en el camino”. Además es intensa en sus últimas aseveraciones, “siempre tuve como una tendencia a las relaciones, a las conversaciones”, como dejándonos en tono claro que el acompañamiento del que habla estará probado, sin vacilaciones, como a lo largo de toda esta conversación.