Los gallegos pasan más de 3 horas y 28 minutos al día distraídos, pero son los que menos tiempo tardan en volver a concentrarse
La necesidad de ser siempre productivo, combinada con la autoexigencia, ha convertido la eficiencia en una carga que roza lo insostenible hasta el punto de volverse agotadora y, en ocasiones, una obsesión. Tal es así, que la lista de obligaciones nunca se reduce, sino que se multiplica, y parece que la productividad se convierte en un medidor de valor personal, repercutiendo en la salud mental, las relaciones personales y la motivación.
La necesidad de ser siempre productivo, combinada con la autoexigencia, ha convertido la eficiencia en una carga que roza lo insostenible hasta el punto de volverse agotadora y, en ocasiones, una obsesión. Tal es así, que la lista de obligaciones nunca se reduce, sino que se multiplica, y parece que la productividad se convierte en un medidor de valor personal, repercutiendo en la salud mental, las relaciones personales y la motivación.