Hace trece años, Inés Berton se animó a crear su propia marca de té, Tealosophy, con la intención de conquistar el mundo con su olfato absoluto. Con una inversión inicial de U$D 132, sus sabores y aromas viajan desde el Himalaya hasta los bosques de la Patagonia. Hoy tiene tiendas en Buenos Aires, Barcelona y Nueva York y exporta a más de 20 países.
El pasado miércoles 10 de agosto se realizó una nueva edición de Experiencia Endeavor Neuquén en la que reconocidos empresarios y emprendedores compartieron sus experiencias para inspirar y conectar a emprendedores y a pequeñas, medianas y grandes Pymes.
Con una gran concurrencia de jóvenes empresarios, se vivió una jornada con grandes referentes del mundo de los negocios de diferentes rubros. En esta oportunidad, es el turno de hablar y dar a conocer la historia de Inés Berton, una de las mujeres que lideran el negocio no sólo en la Argentina, sino en el mundo.
“Endeavor ha sido un lugar de enorme inspiración. De eso se trata esto, de inspirar y dejarse inspirar. Estar en un estado esponja y escuchar, rodearse por gente que sepa más que uno, dejar el ego de lado y animarse a soñar”. Éstas fueron las palabras elegidas por Inés Bertón para comenzar su oratoria.
Una de las narices más codiciadas del mundo
Talento, olfato y mucho trabajo. Duques, reyes y celebridades le piden su té. “Desde chica sufría de dolores muy fuertes de cabeza, cuando terminé el colegio a los 19 años me fui a vivir a Nueva York, allí (luego de varios estudios) descubrí que estos malestares tenían que ver con mi olfato, que ciertos olores detonaban estos terribles dolores, en especial cuando limpiaba los pisos con lavandina o ciertos productos. Lo que tenía era un olfato absoluto”, con un tono pausado y con una sonrisa en su rostro cautivaba a todos los presentes que la escuchaban atentamente.
En NY, trabajaba para el Guggenheim Museum del SoHo, cubría todo lo referido a remates de arte latinoamericano. “Me daba cuenta que me encantaba pintar pero lo mío no tenía nada que ver con trabajar en un museo”, relató Berton.
En la planta baja del museo en el que trabajaba había una casa de té con más de 300 variedades, “era fantástico el lugar, me encantaba ir y decía: ‘quiero esto con esto y esto’, y lo sorprendente era que toda la gente que estaba en la fila esperando para comprar me escuchaba y pedía lo mismo que yo”, relató la fundadora de Tealosophy.
Luego, agregó: “en un momento viene hacia mí, Anita, una de las fundadoras del shop, y me dice: ‘Inés, cada vez que venís sube la facturación, quiero que dejes el museo y te vengas a trabajar con nosotros. Enseguida me di cuenta de que me quería quedar ahí. Dicen que donde uno fluye, uno es abundante y sentí que ese lugar era mi forma de ser, una fusión de Oriente y Occidente”.
Según comentó Inés, ese fue el momento en cuál entendió que ahí era donde quería tenía que estar. “La pasión lo cambia todo. Tuve una mentora japonesa que fue mi gran maestra durante casi ocho años”, y añadió que “para un creativo, el gran desafío es poder darle rienda suelta a la creatividad pero tener foco, poder bajar las ideas a la realidad y no ser una máquina y no poder bajarlas. No tener miedo a aprender. Esa es la clave del triunfo”.
Desde el Himalaya a la Patagonia
Inés Berton se preparó, estudió y pasó varios años en las cosechas. Trabajó en Darjeeling, en el noreste de la India, literalmente a los pies del Himalaya. En el 2001, la crisis en Argentina también le afectó a ella, no económicamente sino de una manera emocional. “Vi en la tele todo lo que pasaba en mi país y un día salí a caminar, me puse los auriculares, pongo una radio latina y escucho: ´Vuelvo al Sur como se vuelve a un amor. Soy del Sur…´ Al día siguiente volví. Dije, si voy a emprender, lo voy a hacer en mi país. Si voy a arrancar mi proyecto quiero que sea desde allá, el ADN está pensado para el mundo, pero acá arrancamos”, contó Berton.
Inés sabía que iba a ser un desafío: “Creo que en Tealosophy hicimos un gran trabajo de compartir nuestra pasión. Mostramos que el té es una forma de lenguaje. Tengo un equipo fascinante y muy querido que lo entiende como lenguaje y lo expresa desde ahí. El té es el segundo producto de mayor consumo en el mundo después del agua. De Nepal a Zanzíbar se toman 700 millones de tazas. Es una bebida universal. Yo creo que el té no conoce fronteras. Si hay algo que las une es una taza de té”, afirmó la empresaria.
Las tres claves del éxito según Inés Berton
“Los tres principios son: ‘No mente, no miedo, no ego’. Dejar el ego de lado te permite todo y realizarte mucho mejor. Hace tiempo aprendí que cambiar ‘competir’ por ‘compartir’ es mucho más sano, llegas mucho más lejos”.