En un año marcado por la crisis de la pandemia, donde muchas empresas debieron cerrar o reinventarse, Zafrán logró cerrar el año creciendo. Esta empresa argentina que nació en 2012 se mantuvo firme en su propósito: mejorar el mundo a través de la alimentación y la inclusión laboral, para potenciar la vida de las personas, eliminar las enfermedades no transmisibles y generar un impacto positivo en el ambiente.
“En marzo se desplomó de un día para el otro el 30% de nuestras ventas, que venían del canal de oficinas. También se complicó mucho la producción. Pero seguimos adelante. Gracias a un enorme esfuerzo de todos y todas, los operarios de planta llegaron a viajar a las 5 de la mañana para no frenar,el departamento de administración debió salir a hacer magia para conseguir el financiamiento necesario, en todos lo frentes hubo innumerables esfuerzos. También nos sirvió tener muy claros nuestros valores y, a la vez, ser flexibles para leer la realidad y adaptarnos”, cuenta Nito Anello, cofundador de Zafrán.
Gracias a todo eso, Zafrán siguió creciendo y cerró el año con números positivos: 55 % más de facturación en pesos, 24% más de kilos comercializados, 8 nuevos empleados en planta permanente y 3 nuevas líneas de productos. Primero, con el propósito de combatir la obesidad infantil, lanzó zafranito, una línea orgánica para chicos y chicas que arrancó con galletitas en variedades de vainilla y chocolate. Segundo, para inculcar buenos hábitos como la cocina casera y el compostaje, lanzó una línea de 7 buenos ingredientes (semillas y frutos secos) en envases compostables. Tercero, después de sumarse a la Asociación de Productores de Alimentos a Base de Plantas, lanzó en el mes del veganismo sus primeras barras veganas.
Además, sumaron mejores indicadores de sustentabilidad, tanto en inclusión social e impacto en la comunidad como en el ambiente. De esta manera Zafrán vuelve a demostrar que hacer las cosas bien, porque está bien, es también rentable.
Crecer con triple impacto
Cada vez son más las Pymes que se suman a la oleada de empresas que buscan mejorar el mundo a través del triple impacto. Muchas de ellas buscan la certificación de Sistema B , partner de B Lab (ONG Internacional), porque confían en sus métodos para medir el impacto real. Es el caso de Zafrán, que alcanzó su certificación B en Abril sumando el propósito no fiduciario a sus estatutos.
“Desde el nacimiento de zafrán sabíamos que queríamos ser una empresa con el triple impacto en el centro del negocio. Desde hace 6 años trabajamos con la Asociación Civil Andar, que mejora la vida de las personas con discapacidad, permitiéndoles acceder a un trabajo, deporte, cultura, arte y salud, afianzando también sus vínculos familiares. En 2019 reafirmamos nuestro compromiso social, comenzando a trabajar con distintos talleres protegidos y armando un nuevo programa de inclusión laboral con el fin de brindar una segunda oportunidad a personas que pasaron por situación de encierro”, cuenta Nito Anello.
En 2020 Zafrán mejoró sus prácticas en muchos niveles, desde ahorro de energía y reciclado de residuos en depósitos, oficina y planta o criterios de responsabilidad a la política de compras de materia prima y contratación de servicios, hasta una serie de acciones pensadas como programas.
Los principales ejes son:
- Reducción de desperdicio de alimentos, Zafrán generó una red de entidades sin fines de lucro a las que dona ágilmente todos los alimentos con valor nutricional que pierden valor comercial por diversos motivos.
- Reinserción social e inclusión laboral: después de una experiencia de aprendizaje de la mano de Fundación Espartanos, Zafrán desarrolló su propio programa para dar una segunda oportunidad a jóvenes que pasaron por situación de encierro.
- Programa Plásticos Cero: Zafrán se autoimpuso la meta de terminar con el uso del plástico antes de 2022. Este año adoptó envases compostables en su línea de ingredientes, trabajó con Biopsa para quitar el plástico de sus envases de barras antes de 2021 y comenzó a desarrollar un plan de venta de galletitas a granel (sin packs).
- Granja Andar: Desde 2014 Zafrán tiene el honor de producir y envasar sus granolas junto a esta Asociación Civil que mejora la vida de personas con discapacidad permitiéndoles acceder a un trabajo, deporte, cultura, arte y salud, afianzando también sus vínculos familiares.
- GEA (Empresa B aliada) dedicada a mejorar el tratamiento de los residuos y el reciclado de plásticos y cartones. Difundimos los talleres de capacitación en clientes, proveedores, empleados y toda la comunidad.
- Taller de gestiones Solidarias (Empresa B aliada) brinda trabajo y una escuela de valores a personas en situación de vulnerabilidad. Zafrán emplea trabajadores temporarios para tareas de depósito, envasado o armado de packs e incorporó, de manera permanente, dos trabajadores que pasaron por el programa.