ELEPEVE sumó automatización, modernizó su producción y hoy goza de un liderazgo “casi” inalcanzable   

Según Jorge, fundador de ELEPEVE SRL, reconoce estar “conforme con todo lo que sus hijos han proyectado y se han comprometido, sus nuevas ideas nos permiten gozar de una amplia expansión”. Y aquí todos asienten con gestos positivos cuando por ahí en la nota se repasó brevemente algún “ida y vuelta” que por cuestiones generacionales, todas la pymes familiares han transitado.  

En la década del 70’ la situación laboral en el país era complicada, “muy difícil”, si bien desde su parrilla “La Pasto Verde” (que luego le dio en sus letras iniciales el nombre de ELEPEVE), convertida en un grato recuerdo que todavía perdura en los valletanos, los tiempos laborales nocturnos de trabajo definieron que se redirija al proyecto actual avícola que hoy conocemos.  

Alejandro, antes dedicado exclusivamente a la distribución, recorrió por 15 años toda la zona del Alto Valle, cuando ingresó a la empresa las distancias eran desde Neuquén hasta General Roca, él amplió esas distancias y las llevó hasta Villa Regina y Senillosa. Si bien hoy es el encargado de toda la administración y ventas, de la relación con los “grandes” clientes, entiende que sus tiempos en la “calle” le imprimieron un aprendizaje que valora a cada momento. Ocupa ese cargo porque “alguien nuestro debía estar en el lugar de los números”, menciona.  

Pablo, es el veterinario de la familia Romero, y desde su ingreso en el año 2000, tiene a su cargo la tamaña tarea que significa estar diariamente al frente de la producción avícola, y esto quiere decir que por él pasan desde 58 mil pollitas bebes, todas las cuestiones de sanidad, alimentación y de pre-cría. Llegado de Entre Ríos en ese entonces, teniendo en conocimiento que había que pasar de “lo tradicional y manual a la automatización”, precisamente esa idea generó una revolución en ELEPEVE.

Ese gran paso a la “modernidad”, utilizando y entendiendo como la tecnología aportaba concretamente a su crecimiento, generó que aumentaran los planteles de animales, además invirtieron fuertemente y así lograron comprar un extenso espacio de terreno en la zona de Guerrico donde instalaron sus primeros galpones. Hoy tienen 5 funcionando a pleno distribuidos en 12 hectáreas, y ya están proyectados 2 galpones más.

Aunque la primera gran inversión que se hizo tuvo que ver con su fábrica de alimentos balanceados (sobre Ruta 22 y acceso a la ciudad de Allen), dejando ya de depender de los molinos, comenzaron a producir sus propios alimentos. Esto fue lo que impulsó esa compra del espacio, dejaron atrás las granjas, teniendo que trasladar todos los planteles externos para que esa segunda inversión traiga consigo la automatización.

Un dato que simplifica el crecimiento exponencial que vivió ELEPEVE, es que de todas las granjas distribuidas a lo largo del Alto Valle (en el año 2006/2008 aprox.), “nos entraban en un solo galpón”, aporta Fernanda –encargada del marketing y redes sociales-, eran planteles de 6 mil animales, cuando en la actualidad hoy (en 4 galpones más), para su nivel de producción automático, un solo plantel representa tener cerca entre 27 mil y 58 mil aves, cada cuatro meses.

Todo el volumen creció, incluso la geografía de distribución, hoy son líderes y referentes avícolas desde Las Grutas hasta San Martín de los Andes, más abajo, viajando hacia el sur argentino, en Comodoro Rivadavia. Se profundizó la relación (fidelizar) con los supermercados, hipermercados (“ellos al abrir una nueva sucursal saben que cuentan con nuestros productos”), fielmente son las grandes cadenas del retail y los mayoristas quienes están aumentando el nivel de ventas de ELEPEVE. “Nuestro crecimiento viene de la mano de esas grandes cuentas”, explica Alejandro.

Yaguar, Vital, Jumbo, La Anónima, la Cooperativa Obrera, Walmart, entre otros, empujan una demanda considerable, las ciudades crecen todo el tiempo y por lo impuesta que la marca está en el mercado patagónico, por la calidad que está fiscalizada por el INTI y Senasa, hacen que sus productos (que llegan en estuches premium, y en envases familiares e industriales), en cada góndola, fijen el ritmo de un consumo diario y masivo.

Lo último, mirá el video cuando cumplieron 40 años aquí.