Artegraf amplía su gama de servicios gráficos y sumará éste año su primer sucursal

“Si yo te digo que empecé en una pieza de tres por tres con una máquina Minerva manual que imprimía golpe a golpe, parece que todo el crecimiento que hoy vivimos pasó tan rápido cómo nos exigen los tiempos de actualización de las maquinas”, explica Julio Cruces, propietario y padre de tres jóvenes que ya se han integrado a la empresa.

Artegraf como empresa, siempre estuvo ligada al ritmo creciente de Neuquén, casi desde antes de casarse, Julio miró al horizonte, confió en sus capacidades y se largó con todo. “Puntualizamos la respuesta y la entrega, eso nos permitió lograr una confianza con clientes que hasta hoy nos acompañan”, añade Julio ante la mirada atenta de Luciana (29 años), Noelia (26 años) y Facundo (25 años), sus tres hijos incorporados ya
de pleno al staff de esta empresa familiar.

Una de sus principales virtudes, aclara Julio, tiene que ver con el poder de adaptación “a todo lo nuevo” que Artegraf avizoró a lo largo de su trayectoria, incursionando y generando siempre buenas relaciones, sobre todo con proveedores que llegaban a las grandes marcas, por ejemplo a las alemanas y de los Estados Unidos. “Renovar el equipamiento fue y es un factor crucial para sostener el posicionamiento que logramos”, indica Cruces quien todavía recorre con alguno de sus hijos las ferias más importantes del mundo para interiorizarse con la tecnología “de punta”.

En su planta industrial, ubicada en el sector del PIN Este, desde arriba, donde se ubica su oficina, orgulloso mira como las cinco ampliaciones que han realizado en todo este tiempo, configuraron toda la edificación casi como un “manual” de trabajo diario.

Perfectamente sincronizado y sin alteraciones, pensando que los engranajes fundamentales para terminar de “aceitar” su relevante actualidad fueron sus hijos, y por su supuesto su esposa Mónica (finanzas y administración).

Demás está decir que en este tipo de pymes trabaja un personal que acompaña casi desde sus inicios, “siempre fiel, muy trabajadora”, acota Cruces padre. Y aquí hace un alto en sus palabras para elevar los reconocimientos, “el recurso humano que tenemos nos acompaña en todos los momentos, buenos y no tan buenos, siempre están con nosotros, y desde que mis hijos están trabajando conmigo, ya empiezo por delegar algunos temas puntuales, empiezo por descansar luego de todo lo que concretamos", manifiesta.

Noelia está a punto de cumplir sus diez años ininterrumpidos en Artegraf, y desde su ingreso, entiende que “todo lo aprendí desde muy chica, siempre tuve ganas de ayudar y hoy con responsabilidades en el departamento de diseño, creo que logré encajar y rendir por sobre todo”. Luciana, quien ya tiene 5 años en Artegraf, luego de su regreso de Córdoba y más allá de algunos contratiempos respecto a ocupar un puesto fijo, explica que “con el paso del tiempo entendí que este es mi lugar, me interesa todo el proceso de impresión y este mundo grafico me fascina”.

Para Facundo, el más chico de los tres hermanos Cruces su entrada fue atípica, “realmente arranqué barriendo, tuve que aprender y ser constante, capacitarme, sumar conocimientos, hoy me siento muy bien coordinando tareas en el taller de producción que tengo a mi cargo”.

El presente revela que Artegraf está impulsando una continua renovación en sus máquinas de impresión, esto logra sostener la necesaria financiación de parte de sus proveedores externos, allí radica también este crecimiento sostenido, y son las mismas primeras “marcas” quienes notan de este cliente neuquino una gratificación constante. 

“Reunir condiciones favorables para que te llamen cuando lanzan productos nuevos no es fácil, esto se consiguió con el tiempo y algunas decisiones que por momentos fueron alocadas”, comenta Julio Cruces, quien ya viajó a Chicago, Barcelona y Alemania.

Son varias las unidades de negocios que va a incorporar Artegraf este año, primero ingresará el “packaging”, luego las impresiones textiles, los vinilos y la cartelería, esto resuena y fuerte en el entramado técnico que hoy tiene la pyme familiar en la planta del Parque Industrial de Neuquén, “nos ampliamos a otros rubros dentro de la gráfica”, manifiesta Julio.

Pero a todas estas nuevas acciones, netamente inmersas en el mundo de la impresión, llegará muy pronto una sucursal –del tipo imprenta rápida digital- en la zona céntrica de la ciudad, porque ya han pasado 11 años de construida y ampliada su planta impresora, y ahora “llegó el momento de acercarse al cliente de otra forma”, para este nuevo desafío tienen el apoyo de Kónica-Minolta y de toda su impronta familiar.