“Neuquén es un faro de termalismo en Sudamérica”, menciona Vela, actual directora provincial de medicina termal allí en ese paraíso natural que es Copahue. Esta tarea –pensada en formato de programa- comenzará ni bien termine la actual temporada termal 2019-2020 porque incluso la provincia firmó un convenio con la facultad de Estambul para acompañar el riguroso planteo científico.
“Los congresos son realmente relevantes porque allí estamos siendo evaluados por nuestros pares”, explica la becada neuquina doctorada en Madrid. Esta noticia es más que alentadora para la provincia de Neuquén porque luego de ser sede de la sexta asamblea, siendo anfitriona de más de 130 termalistas de Europa, América y Asia, el congreso realizado en Copahue profundizó el debate sobre la utilidad de los barros medicinales y la eficacia terapéutica de estos fangos de origen natural.
Si bien el horizonte investigativo estará puesto entonces en Colombia, país al que arribarán profesionales de alta valoración en el tema, a pocos días de la apertura de temporada, la doctora Vela no descuida un objetivo primordial para estas épocas: atender al turista con la mayor calidad técnica posible.
Ella trabaja con un equipo compuesto de unas 300 personas (en toda la provincia), entre ellos los técnicos termales, enfermeros, médicos, kinesiólogos, dermatólogos, psicomotricistas, terapistas ocupacionales, profesores de educación física, y otros tantos dispuestos, para que las terapias y los programas terapéuticos termales generen un valorado acompañamiento más allá de los beneficios a la salud de cada paciente.
“En la apertura de temporada son los adultos mayores los que concurren a las termas, aprovechan diciembre para luego volver a finales de abril, de esa manera se logra también mayor eficacia en cada tratamiento”, cuenta esta notable especialista en medicina termal y agrega que “los primeros visitantes que tuvimos se albergan entre unos 7 y 10 días”.
Principalmente en las termas de Copahue se atienden cuestiones óseas y algunas respiratorias, pero principalmente están las patologías osteoarticulares, como artrosis, otros dolores musculares. Allí recae la importancia de los fangos y de las aguas termales. Además suman tratamientos de kinesiología y gimnasio.