Desde el 1967 funciona esta mercería pero no en el domicilio actual, “yo tenía fábrica de confecciones, tenía tejeduría, que fue la segunda tejeduría del pueblo. La primera tejeduría fue de las hermanas Bacciaco - en la calle Darrieux- , Alma y Bianca, ellas fueron la primera tejeduría del pueblo, la segunda fue la mía”.
Comento que se decidió poner este local porque se hizo su casa propia, “hice un bolichito y bueno como tenía hijos y no quería tejer más dije voy a vender lana nada más y después me convencieron para que venda botones”.
Nélida ve como Centenario ha cambiado mucho, gracias al intendente Bertoldi. “Te digo una cosa, Anita Micolich y yo creo que somos las únicas fundadoras de ese tiempo. También Nino puede ser, Calalesina, que todavía estamos detrás del mostrador porque en muchas partes están los hijos, los nietos. Nosotras estamos acá, firmes”.
Se mostro feliz por el reconocimiento que le hizo el municipio de la localidad, sobre todo para los que “nacimos acá, que somos hijos y nietos de pioneros, parece mentira que pasó tanto tiempo pero bueno, el tiempo no para”.
Su hija, Ana, también compartió su testimonio, “Yo estoy acá desde antes de nacer, vimos pasar muchas generaciones, de cómo han ido creciendo los chicos porque desde que nacen que ya nos vienen a comprar, nos vienen a comprar las abuelas para tejerles, los vemos crecer cuando van a la escuela que vienen a comprar para los actos escolares. Son muchos años que estamos trabajando, desde ya que la constancia y el estar frente al negocio es todo obra de la fundadora, de Nélida, que todos los días levanta la persiana y está delante del mostrador y sigue trabajando”.
En relación a si va a seguir con la tienda, Nélida no duda, “por el momento sí, no sé las nuevas generaciones pero acá estamos trabajando. Quería agradecerles a las clientas que vienen a visitarnos y agradecerles este homenaje”.