Si, este es el nuevo desafío de Moño Azul, la empresa pionera en producción y exportación de peras y manzanas en el Alto y Medio Valle de Río Negro y Neuquén. Su objetivo es ir agregando los productos que se complementen a su cadena de valor, como cereza o kiwi, que ya tiene una proyección mucho más fuerte y con más volumen. La idea que tienen es seguir agregando cosas que sean fáciles de completar.
“La manzana de pulpa roja es un desarrollo, es un consorcio a nivel mundial que nosotros somos socios e invertimos en el desarrollo y también en la promoción. Es un trabajo de muchísimos años en los que se trajeron más de 60 selecciones de la variedad para ver cuál era la que mejor se adaptaba a nuestra zona. Esas plantas crecieron, se estabilizaron, ya tenemos las tres selecciones o clones definitivos que vamos a plantar de manera comercial… Ya hay varias plantadas y esperamos que los próximos dos años tengamos un primer volumen comercial, es interesante. Este consorcio es de Francia, Estados Unidos, Chile y de acá, somos solo nosotros. En el hemisferio Norte ya están las primeras manzanas a nivel comercial y están teniendo un éxito muy bueno”, agrega Nicolás.
Entre sus características principales, las manzanas Kissabel de pulpa roja tienen un sabor intenso pero equilibrado entre ácido y dulce. El empresario señaló que su exterior es crujiente y su interior jugoso, con el color de su carne rosada. Dicho sabor puede variar ligeramente según el tipo de Kissabel, ya que existen diferentes subvariedades de esta manzana.
“Algunas personas las describen como agridulces, con notas de frutas rojas y un toque de acidez. Cabe mencionar que la intensidad del sabor puede depender de la madurez de la manzana, ya que las más maduras tienden a ser mayormente dulces”, explica Sánchez.
¿Para el empaque y demás incorporan tecnología de dónde? No, son tecnologías que tienen combinación de varios lugares, pero nada de último modelo, ni grandes inversiones. Son cosas que ya están acá. Es algo conservador, chico, y para ir conociendo.