“Hoy, nuestra bodega logró la certificación vegana para todas nuestras líneas de vinos, como garantía del cumplimiento de procesos y estándares de elaboración de productos que no contienen ingredientes de origen animal o derivados animales” expresan desde la bodega.
Los vinos apto consumo vegano forman parte de una tendencia de consumo global. Su denominación genera escepticismo en el público en general ya que se trata de un producto derivado de la uva, sin embargo, en su proceso de producción existen algunos componentes que pueden modificar la ecuación.
Los cambios en los hábitos alimenticios son una tendencia a nivel global que gana espacio en los diferentes países día a día. Desde la elección de alimentos orgánicos, pasando por el vegetarianismo y el veganismo estas preferencias demandan productos adecuados para su consumo. En este marco, los vinos aptos para consumo vegano tienen un rol protagónico en Argentina.
Si bien parece una obviedad hablar de vino vegano al tratarse de un producto cuya materia prima pertenece al reino vegetal, existe en el proceso productivo la posibilidad de que intervengan componentes del reino animal. De esta manera, su consumo ya quedaría inhibido para aquellas personas que buscan una alimentación vegana.
El punto clave de este proceso es la clarificación, en donde se eliminan restos de proteínas, levaduras y otras sustancias. En esta etapa de producción tradicionalmente se suelen utilizar productos como gelatinas (que provienen de cartílagos de diferentes animales), albúmina (proveniente de huevo o de la sangre deshidratada en polvo) o caseinato de potasio (que se obtienen de la leche), entre otros, situación que los vuelve inviables para el consumo vegano.
Sin embargo, existe una alternativa para el desarrollo de vinos veganos, es decir que no tengan componentes de origen animal en su producción. Para ello se utilizan productos minerales como bentonita o vegetales como derivados de papa, arvejas o algas marinas; o bien se realizan procesos de decantación natural. En el caso de las primeras alternativas posibilitan alcanzar los mismos resultados de los procesos tradicionales y ser igual de seguras y eficientes.
La certificación de estos procesos de producción que permitan a los consumidores veganos tener certeza de que se trata de un vino que no cuenta con componentes animales. En ese sentido, VEG Argentina cuenta con el primer sello que garantiza el cumplimiento del esquema de certificación de productos veganos. Este está presente en más de 894 productos de 65 empresas diferentes.
El sello, creado en 2019, está diseñado para implementar un esquema de certificación de productos veganos bajo parámetros de la norma ISO 17030 para Marcas de Conformidad de Tercera Parte Independiente. De esta manera se certifican que los componentes que formaron parte de la producción del vino tengan atributos veganos.
A partir del sello las bodegas pueden demostrar a los consumidores transparencia, generando mayor confianza en aquellas personas que hacen del veganismo una forma de vida. El sello es también una puerta de entrada a las demandas a nivel internacional, donde los productos aptos veganos son cada vez más requeridos.
La industria vitivinícola Argentina es reconocida a nivel mundial por su calidad, añadir a ese valor el sello vegano es una oportunidad para que las bodegas potencien su expansión. Así como también permite acompañar el desarrollo de un estilo de vida que cada día cuenta con más adeptos a nivel mundial, permitiéndoles aportar transparencia en la producción y facilitando la información al consumidor.
La certificación vegana ya puede identificarse en las contraetiquetas de Malma Wines que usted podrá llevar a su mesa para disfrutar.