Es también profesora de música, pero en gestión y producción cultural, ubica su principal desarrollo profesional: “es lo que más disfruto en el campo laboral de las artes visuales”, dice. El Hilton Garden Inn Neuquén hoy luce un mural “desacoplable” conformado por 300 obras de pequeño formato. La gestión fue de ella, la obra de Carlos Juárez, y la enorme pieza un obsequio de la firma ASPA para los directivos de la compañía hotelera.
¿Cómo te animaste a emprender?
“Me enamoré de mi proyecto y el amor enceguece, hace que uno siempre busque la manera de continuar y sortear los obstáculos. Si no siguiera enamorada de mi marca, de la idea primaria, la hubiera abandonado”, revela.
“Mi objetivo inicial fue crear un punto de encuentro entre el bien cultural y el público interesado en adquirirlo. Establecí alianzas con creadores y con espacios que me permitieran trabajar en la visibilización de bienes culturales argentinos contemporáneos. Creo que desperté el interés del público trabajando en desmitificar la idea de que el arte es para un determinado segmento o inaccesible, incentivando así la adquisición”, explica.
Como casi todos los emprendedores, al principio lo hizo de manera intuitiva, luego transitó una beca de IAE Business School (Universidad Austral), allí aprendió que “tanto los aciertos como los errores son procesos y experiencias, y que debía reinventar el emprendimiento las veces que sean necesarias”, comentó.
¿Cuáles son tus rasgos más característicos?
“Soy creativa, generadora de ideas. Entusiasta y optimista. Perseverante con lo que me atrae. Extremista, todo o nada. Como dice mi hija, Drama Queen (“Reina del Drama”), vivo todo con mucha intensidad. Hay dos frases que uso con frecuencia y me definen: hacer que las cosas sucedan y no hay peor gestión que la que no se hace”.
¿Cómo ves la actualidad, el mercado actual?
“En este contexto mundial, veo el mercado incierto y también brutal. Si bien el arte en general vive en crisis, este escenario profundiza aún más las penurias del sector y las peripecias que la mayoría de los creadores atraviesan para vivir de su trabajo de ritmo lento. Hoy el arte presencial está paralizado y aunque rápidamente pasó al mundo digital, es inevitable la caída en la venta de entradas, cancelación de espectáculos, ferias, bienales”.
¿Qué futuro imaginas?
“A partir de ahora los medios digitales van a crecer cada vez más, porque si bien la virtualidad nos ha distanciado como individuos, hoy nos acerca. Entonces habrá que evaluar el para qué de cada cosa. ¿Para qué consumo esto si hoy no me sirve? ¿Para qué planeo un viaje que no podré hacer? ¿Para qué comprar este vestido que no usaré?”, analiza Piucill.
“En estos días muchos buscamos refugio y levantamos el espíritu con música y lectura, otros escribiendo, componiendo, pintando, haciendo manualidades. Expresarse desde la creación o consumir arte impacta de manera positiva y directa en la calidad de vida de los individuos ante este escenario inesperado”, expresa.
“Si el número de gente que consumió arte estos días sostiene el hábito, indefectiblemente habrá más consumo y los artistas visuales, escritores, músicos, podrán encontrar en esta crisis una oportunidad”, sintetizó, y agregó que “personalmente creo que si el arte formó parte de tu vida en este momento tan difícil, y te hizo bien, es algo que no vas a poder dejar”.
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