Sigue brillando: Jujuy y el país ya tienen su segundo pueblo solar con acumulación en litio

La Ciénaga, a sólo un kilómetro del borde fronterizo con Bolivia, al oeste de la Quiaca, en el departamento de Santa Catalina, se convirtió en la segunda comunidad abastecida energéticamente 100% por el sol, con una central fotovoltaica autónoma y con acumulación en baterías de ion-litio.

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El programa Pueblos Solares, que las empresas EJE SA y EJSED SA –distribuidoras eléctricas de Jujuy- y el Gobierno provincial despliegan entre 2019 y 2020, está en marcha. Y, luego de Olaroz Chico (ver aquí), La Ciénaga de Santa Catalina es el segundo de esos pueblos.

Hace un año, EJE SA y EJSED SA, en el marco de su Plan de Inversiones de Energías Renovables, firmaron con el Gobierno de Jujuy un acuerdo de cooperación para la construcción de parques que permitieran la reconversión del sistema aislado provincial (SAP), que es el que distribuye a las comunidades dispersas en los extensos territorios de la puna. Los parques solares o centrales fotovoltaicas llegan, así, a aprovechar el recurso natural, disminuir el impacto ambiental y, también, achicar los costos por el SAP, que pagamos entre todos los usuarios de la provincia.

Jujuy es uno de los seis lugares con mayor radiación solar del mundo. Olaroz Chico y La Ciénaga de Santa Catalina, son los dos pueblos ya terminados de los nueve pueblos solares que se ejecutarán, seis de los cuales construye EJE SA EJSED SA.

“Cada pueblo es diferentes y en este caso la central fotovoltaica autónoma con baterías de ion-litio es más pequeña que la instalada en Olaroz Chico, dado que la utilización de energías en esta comunidad des de tipo monofásica de 12 kilovatios (KW), es decir de uso domiciliario. Aquí se requirió menor cantidad de paneles y baterías; lo que igualmente asegura el abastecimiento al pueblo las 24 horas, los 365 días del año, con energía limpia”, describieron desde la Secretaría de Energía de Jujuy.

Las obras que permitirán la conversión energética –y apagar el ruidoso y contaminante generador a combustible-, tuvieron una inversión de 120 mil dólares. Implica: 30 servicios en el pueblo, que incluyen a la escuela primaria N° 49 “Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa,” que funciona desde jardín de 4 años hasta el último año de la primaria,  y la Escuela Secundaria Nº 63, que cuenta con 1º y 2º año y una matrícula de 20 jóvenes; todo el alumbrado público LED; y la previsión de ampliar la cantidad de servicios en los próximos meses, ya que la comunidad se encuentra atravesando un proceso de crecimiento debido a la merma en la migración de los jóvenes.

Al presente, estos pueblos poseen diferentes tecnologías energéticas, aunque al estar en situación de grandes distancias respecto de los centros distribuidores y por sus condiciones naturales presentan restricciones que limitan y dificultan la llegada de la energía. La ejecución de estas obras disminuirá implicará una reconversión tecnológica hacia el sistema fotovoltaico que resultará en una disminución de costos para la provisión de energía, al reemplazar las formas tradicionales y más costosas de obtenerla. También, se logrará la disminución de la contaminación que ocasionan los generadores a base de combustible fósil, que implican también contaminación sonora. Para esto, se hicieron estudios de las zonas y se clasificaron en función de las tecnologías térmicas existentes y costos operativos.

El presidente de la comunidad aborigen de La Ciénaga, René Mamaní, destacó la importancia de que esta comunidad cuente con energía las 24 horas y sobre todo puso énfasis en que es energía limpia. “Yo me crié en La Ciénaga, hice la primaria aquí, viví la señal de humo para comunicarnos… esto es un gran avance, la madre naturaleza nos da la energía, y aquí en la Puna es fundamental apoyar a la madre tierra con tecnología. Este es un pueblo que crece y la energía eléctrica es necesaria, siempre de la mano de cuidar a la madre tierra, la pachamama. Todo el pueblo, los maestros, los agentes sanitarios venimos ´peleando´ hace más de 5 años; el año pasado comenzamos a trabajar conjuntamente con la Secretaría de Energía, el Gobierno de la provincia y la empresa. Nos pidieron paciencia, y hoy creemos que dio sus frutos ser pacientes, ya que estamos inaugurando la obra”.  

“Pensar que los vecinos vivimos a base de vela o mecheros el 50% de día… esto es una alegría enorme. Que nos va a cambiar la vida” valoró René, quien también se desempeña como maestro de lengua y cultura quechua.

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